CUARTO INTERMEDIO: GUÍA PRÁCTICA PARA AUDIENCIAS DE LESA HUMANIDAD 

8 Puntos

De Mónica Zwaig y Félix Bruzzone.

Intérpretes: Mónica Zwaig y Félix Bruzzone.

Video: Juan Schnitman.

Operación técnica: Milo Schnitman.

Producción: Mónica Zwaig.

Dirección: Juan Schnitman.

Funciones: sábado 26 de octubre a las 22.30, en el Teatro Defensores de Bravard (Gurruchaga 1113) y sábado 30 de noviembre a las 17, en el Ex Casino de Oficiales de la Ex Esma (Av. del Libertador 8151).


El escritor Félix Bruzzone nunca había asistido a un juicio de lesa humanidad cuando desde el sitio Infojus Noticias le encargaron realizar la crónica de una audiencia de la causa ESMA. Sus impresiones, finalmente, fueron publicadas el 10 de marzo de 2014, bajo el título “Juicios x escritores: la insistencia de las voces”, y en ese texto relató con detalle todo lo acontecido ese día dentro de los tribunales de Comodoro Py.

En esa ocasión fue que Bruzzone conoció a Mónica Zwaig, abogada franco-argentina, especializada en Derechos Humanos, y que en ese momento trabajaba en el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), en el Programa Memoria y Lucha contra la Impunidad, y tan significativo resultó ese encuentro que decidió incorporarlo a su crónica sin imaginar que tiempo después ambos terminarían pensando y creando una performance: Cuarto intermedio: Guía práctica para audiencias de lesa humanidad.

Bajo la dirección del cineasta Juan Schnitman, Zwaig y Bruzzone construyeron un hecho artístico en la búsqueda de desentrañar los mecanismos ocultos y desconocidos de una historia colectiva, pero al mismo tiempo con la intención de desandar, de alguna forma, su historia individual. Bruzzone, como él mismo cuenta en su presentación frente al público, es hijo de desaparecidos, mientras que Zwaig, hija de sobrevivientes de la Triple A, y nacida en Francia, vino a la Argentina para comprender las razones del exilio de sus padres. Y ese pasado impregnado en los orígenes de ambos resignifica notablemente el material a la hora del análisis.

Desde allí parten, entonces, la abogada, también actriz, y el escritor para explorar el terreno judicial desde un lugar impensado, sin jergas ni tecnicismos, y apelando a un humor en el que confluyen, entre otros recursos, huellas de la cultura popular local y elementos importados de la ciencia ficción. Así, ese cruce de lenguajes se advierte cuando Zwaig hace sonar la marcha peronista con su acordeón y cuando traza una analogía entre la lucha contra la impunidad de los genocidas y la saga de la Guerra de las Galaxias.

No obstante, en medio de esos cambios de registro, hay una constante en la puesta, dada por la ausencia de la cuarta pared. Porque Bruzzone y Zwaig “actúan” de ellos mismos, y lo hacen siempre en diálogo con el público. Ninguno se pone en la piel de un personaje pero, curiosamente, delegan esa tarea en los espectadores, a quienes invitan a recrear una audiencia y a transformarse, según el caso, en testigos, jueces, fiscales, querellantes o defensores, ayudados por un guión previamente armado y una escenografía ambientada como una sala judicial.

Mezcla de circuito turístico y manual de instrucciones, la performance está pensada, como su nombre lo indica, en una guía para aventurarse en el desarrollo de los juicios de lesa humanidad que, como se recuerda en escena, pueden ser presenciados por cualquier ciudadano. Qué hacer durante un cuarto intermedio. Dónde tomar el mejor café de Comodoro Py. O qué subte tomar para llegar hasta allí, son algunas de las inquietudes que se despejan con la intención de humanizar los procesos de la justicia asociados a los crímenes atroces de la dictadura.

Cuarto intermedio confirma que el arte es un verdadero marco facilitador al momento de abrir el juego y abordar una temática áspera y sensible desde una forma distinta a las conocidas, con riesgo y sin solemnidad. Y en esa decisión no hay banalización, sino un camino alternativo que recuerda lo que no se debe olvidar y afianza una mirada política para reivindicar las banderas de la memoria, la verdad y la justicia.