Hinchas y dirigentes de Newell's le hicieron un extenso y emotivo homenaje a Diego Armando Maradona. La presencia del Diez le restó importancia al partido que luego la Lepra perdió por goleada ante Gimnasia y Esgrima de La Plata (ver aparte). El astro del fútbol argentino fue tratado como una celebridad. Al Coloso del Parque lo fueron a ovacionar más de 35 mil personas, una hilera de ex jugadores leprosos hicieron cola para saludarlo, banderas con su figura flamearon en todos los costados del estadio y el momento de emoción se vivió en un fuerte abrazo con Maxi Rodríguez, antes de la entrega de diversos recuerdos que le hicieron las autoridades del club. "Soy de Ñubel, los siento en el corazón", confesó, con tono pausado por la emoción, Maradona cuando tomó el micrófono.

A 26 años de su paso por el club como jugador, Maradona volvió al parque Independencia y los leprosos le prepararon un sentido homenaje. Pasadas las 17.20, Maradona bajó del micro que trasladó al plantel del Gimnasia con un habano en la boca y la gorra con la bandera de Venezuela inscripta con la leyenda "Chávez somos todos". Ingresó a las instalaciones del club y lo recibió un mural con fotos de su paso como jugador con la rojinegra, en su primer acto de reconocimiento.

Sebastián Granata
El momento de emoción se vivió en un fuerte abrazo con Maxi Rodríguez.

Todos querían ver a Diego y el ídolo saltó al campo de juego antes que los equipos. Apareció caminando con brazo en alto para tomar un extenso pasillo que le armaron los juveniles de las divisiones inferiores del club. Saludó a todos y a los chicos que se les escapaba una sonrisa, los abrazó. En las tribunas, entre tanto, flameaban banderas con su imagen que recordaron su paso por el club en 1993. "El más grande eligió al más popular", decía una extensa bandera colgada sobre la baranda de toda la popular alta, allí donde los plateístas recibieron al astro con un mosaico que dibujó el número 10.

A Maradona lo esperaron ex compañeros de Selección y ex jugadores de Newell's, como Roberto Sensini, Ricardo Giusti, Juan José Rossi, Fabián Basualdo, Fabián Garfagnoli y Roque Raúl Alfaro, quien viene de superar una compleja operación que puso en riesgo su vida y los hinchas le regalaron el cariño con una sentida ovación, ya con el partido iniciado.

Pero el abrazo que se detuvo por largos segundos fue con Maxi Rodríguez. La Fiera le habló al oído, Diego se emocionó como un niño, y tomó el micrófono luego de recibir como regalo la camiseta que usó ayer el equipo, con su homenaje, un cuadro con la foto junto a Dalma y Gianina en el recordado partido de presentación en Newell's ante Emelec de Ecuador.

"Soy de Ñubel, a mí nadie me compra", largó Diego, logrando el estallido de todo el estadio. "En el poco tiempo que yo estuve en Newell's me trataron con un amor increíble y por eso los saludo, les tiro besos y les digo que los siento en el corazón", agregó el Diez, entre lágrimas. "No sé cuántas personas en el mundo hay más felices que yo", agregó.

Devolvió el micrófono y se sentó en el sillón rojinegro que le emplazaron delante del banco de suplentes. Pero nunca dejó de recibir las miradas de todos, incluso de los alcanza pelotas, nunca concentrados en su tarea, como los jugadores leprosos, victimas de su encanto con una derrota por goleada.