La industria manufacturera, el comercio minorista, el transporte y la construcción son los cuatro sectores que concentraron la destrucción de 140.000 puestos de trabajo en el sector privado en un año. Las estadísticas laborales corresponden a agosto, cuando la sostenida caída en los niveles de empleo privado fue “compensada” por la incorporación de trabajadores estatales y monotributistas sociales. La reducción global en la cantidad de trabajadores registrados alcanzó a 125.000 en un año. En la comparación mensual, los datos elaborados por el Ministerio de Producción y Trabajo contabilizaron en el sector privado 5000 posiciones menos que en julio. El retroceso fue revertido por el incremento en inserciones precarias, de manera que se observaron 9700 trabajadores registrados más que en julio. A los despidos y la precarización se suma la caída de la capacidad de compra de los salarios, que en promedio se contrajo un 8,2 por ciento en doce meses. El desplome en el poder adquisitivo no contabiliza el impacto de la aceleración inflacionaria que siguió a la devaluación post PASO.

El ajuste recesivo y los desmanejos económicos profundizan una crisis laboral que se observa desde el comienzo de la gestión de Mauricio Macri. La contracción de la demanda interna, los tarifazos y la apertura comercial fueron el puntapié inicial para un proceso que se aceleró con el programa de austeridad fiscal y ahogo monetario implementado tras el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional. El sector más afectado es la industria donde se contabiliza la destrucción de 152 mil puestos de trabajo desde que comenzó la gestión de Cambiemos. La magnitud del desplome equivale a la destrucción de 12 de cada 100 empleos manufactureros en menos de cuatro años. Así, los niveles de ocupación fabril retrocedieron en 45 de los 46 meses de la presidencia de Macri cubiertos por los registros administrativos del Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA).

La fotografía más reciente del sector fabril registra durante agosto 56.700 empleos menos que doce meses atrás y un retroceso mensual de 4100 posiciones frente a julio. El segundo sector más afectado por la impericia económica del gobierno es comercio y reparaciones donde se observa la destrucción de 43.400 puestos en relación al mismo período del año pasado y 1000 menos que durante el mes anterior. La dinámica del rubro está directamente explicada por la merma en el consumo interno. 

En el mismo sentido se observa que el sector vinculado al transporte, almacenamiento y comunicaciones contabilizó en agosto una pérdida interanual de 17.700 posiciones y una baja mensual de 600 empleos. El cuarto protagonista del proceso de destrucción de empleo es la construcción. Arrastrada por la incertidumbre financiera, el ajuste en la obra pública y la parálisis en la inversión privada a lo largo del último año se perdieron 12.800 posiciones en la construcción y 300 puestos en el mes. También registraron desempeños negativos, aunque de menor magnitud, la cantidad de puestos en hoteles y restaurantes, el sector de intermediación financiera y las actividades empresariales. 

En términos geográficos la pérdida de empleo asalariado registrado alcanzó sus valores más elevados en Tierra del Fuego, Catamarca, La Rioja, Formosa y Santiago del Estero. Esas cinco jurisdicciones experimentaron en un año la pérdida de entre 5 y 10 por ciento de sus puestos de trabajo asalariados registrados. En valores absolutos la provincia de Buenos Aires es la más afectada por la crisis laboral. Se destruyeron 51.400 puestos de trabajo en doce meses que explican el 37 por ciento de todos los empleos registrados perdidos en el período.

La Encuesta de Indicadores Laborales, la medición que permite anticipar el comportamiento del mercado de trabajo registrado, muestra que en septiembre el empleo privado presentó una caída interanual de 2,6 por ciento. El relevamiento muestra el pesimismo que gobierna las expectativas empresarias ante su dotación de personal. El 95 por ciento de las empresas no prevé mejoras su cantidad de trabajadores.