Quien asuma la conducción del Banco Central a partir del 10 de diciembre dispondrá de 42.637 millones de dólares de los cuales apenas 11.537 millones de dólares estarán disponibles para hacer frente a la demanda de divisas. La última cifra representa una estimación optimista de las reservas netas que heredará el gobierno de Alberto Fernández si las próximas 26 ruedas se suceden en el marco de una transición ordenada. En un escenario pesimista las reservas que heredará alcanzarán los 37.506 millones de dólares mientras que los activos netos llegarán 10.389 millones de dólares. Las cifras elaboradas por la consultora PxQ que dirige el ex viceministro de Economía, Emmanuel Álvarez Agis, permiten dimensionar el restringido margen de maniobra para administrar el escenario de vulnerabilidad financiera que legará el fallido trio de banqueros centrales de Mauricio Macri compuesto por Federico Sturzenegger, Luis Caputo y Guido Sandleris.

La implementación del esquema de control de cambios y su endurecimiento tras las elecciones ofrecieron un alivio tardío para la sostenida sangría de reservas del BCRA, pero no resuelven el problema estructural de la escasez de divisas. “Las medidas tomadas la primera semana después de las elecciones presidenciales dejan en evidencia las inconsistencias que venía teniendo la política económica. La concepción monetaria y del mercado cambiario del Gobierno fue la base para negar la necesidad de un esquema de control de cambios”, advierte el último reporte de PxQ al cuestionar el demorado y flexible mecanismo de controles desplegado después de las PASO que no logró contener la caída reservas del BCRA.

Entre la puesta en marcha del primer esquema de controles y el anuncio del torniquete tras la derrota en las elecciones presidenciales, las reservas internacionales cayeron 10.549 millones de dólares. El motivo central de esas pérdidas fueron las ventas de divisas del organismo al sector privado por 5418 millones. El endurecimiento de las restricciones a través de las distintas medidas que entraron en vigencia a lo largo de la semana pasada “buscan evitar que las reservas internacionales sigan cayendo y dejar al Gobierno entrante en una situación comprometida”, explica Agis. Si bien no forma parte de los equipos de transición del presidente electo, el economista mantiene un estrecho vínculo con él.

Aunque las estadísticas del BCRA solo presentan datos hasta mediados de la semana pasada, las primeras jornadas de operaciones evidencian una moderación en la caída de las reservas y compras de dólares de la entidad al sector privado. La principal fuente de variación de las reservas internacionales fue el efectivo mínimo de los bancos que cae como consecuencia de la salida de depósitos en dólares: en los primeros 3 días del nuevo esquema se fueron del sistema bancario 733 millones. “Con las modificaciones, el BCRA no debería tener que intervenir en el mercado cambiario vendiendo divisas. El próximo desafío es moderar la salida de depósitos en dólares, la cual se incrementó en la segunda mitad de octubre. El nuevo esquema tiene como consecuencia que se amplíe la brecha. Sobre el final de la semana se hizo evidente esta situación y la brecha llegó al 35 por ciento”.

Asimismo, el informe de PxQ señala que con el actual esquema de control de cambios “podría no tener sentido mantener una tasa de interés tan alta para evitar la fuga al dólar ya que el impacto sobre el tipo de cambio oficial y las reservas se encuentra contenido por las regulaciones”. El BCRA anunció la semana pasada que no permitirá más la integración de encajes de depósitos en cuenta corriente y cajas de ahorros con Leliq y, al mismo tiempo, decidió reducir el piso de tasa de interés de esos instrumentos de 68 a 63 por ciento. “Estas medidas están orientadas a reducir el stock de Leliq y la carga de intereses del BCRA. Es de esperar que la tasa de interés pasiva también sufra una caída y, por lo tanto, también se reduzca el stock de plazos fijos ¿Riesgo en puerta?”, advierte Agis.