La Asociación Obrera Textil (AOT) difundió ayer un comunicado en el que detalla que en los últimos años sufrió más de 3600 suspensiones y cerca de 1500 despidos por el cierre de casi una decena de establecimientos fabriles. El deterioro de la actividad se concentró en el período de gobierno de Mauricio Macri, a raíz de la baja del consumo que impacta en la acumulación de stocks junto a la apertura de importaciones, describió el gremio. Según el relevamiento sindical, a diciembre de 2015 la utilización de la capacidad instalada en el sector era del 80 por ciento, mientras que en la actualidad ronda el 60 por ciento. El Gobierno retacea el otorgamiento de los Repro, para asistir a empresas en crisis.

Hugo Benítez, secretario general de la AOT, explicó que el gremio llevó adelante un relevamiento en 108 empresas de todo el país. Hay tres puntos que marcan el deterioro laboral. El primero es la reducción de horas trabajadas, que impacta en el salario. “Se produjeron reducciones de jornadas en las distintas empresas textiles y el otorgamiento de vacaciones anticipadas que fluctuaron entre 7 y 14 días en la que se vieron involucrados más de 3800 trabajadores. De tres turnos de trabajo se bajó a dos y en varios casos a menos días trabajados por semana y fueron dadas de baja las horas extras”, detalla el informe. En segundo lugar aparecen las 3622 suspensiones. “No es sólo la actividad textil la que sufre la crisis. Hay gran cantidad de gremios industriales que la padecen”, dijo Benítez, y mencionó entre otras al calzado, la metalúrgica, plástica e indumentaria.

La situación más dramática es el cierre de empresas. El informe de la AOT describe que diez establecimientos bajaron la persiana: seis en el norte del conurbano, dos en la zona noroeste, uno en la zona del oeste bonaerense y la restante en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Se trata de las empresas bonaerenses José Garraza, Broderie Suiza, Edolan, Tassutti SRL, Textil Elotex, Galitex, Vecchi Godoy, Fábrica Argentina de Etiquetas y Sedler Hermanos y la fábrica porteña Zytex.

Benítez describió que los despidos en el sector textil afectaron a 1480 trabajadores registrados sobre un padrón de 25 mil afiliados. Agregó que “en diciembre de 2015 la utilización de la capacidad industrial alcanzó el 80 por ciento según ventas efectivas, mientras que un año después se redujo al 60 por ciento. Esto se debe a una serie de factores: la caída de las ventas, suba de costos, aumento de la presencia de mercadería importada, los precios de remate de productos que provienen del sudeste asiático y Brasil, la caída del poder adquisitivo, el trabajo industrial sin margen de rentabilidad para empresarios pyme y una cadena de pagos muy debilitada con plazos para el cobro de cheques que superan los 120 días”.

Las empresas del sector advierten que en enero aumentó un 70 por ciento la importación de ropa en forma interanual, mientras que las ventas de indumentaria en los comercios minoristas bajaron 2,2 por ciento.