En dos días habrá elecciones generales para cargos provinciales y municipales. Los dos principales candidatos, Gustavo Sáenz y Sergio “Oso” Leavy, provienen del peronismo. La identidad del movimiento puede encontrarse en otros candidatos que disputarán estas elecciones, como la única candidata mujer a la gobernación, Elia Fernández, que participa por el Frente Grande.

¿Estas distintas expresiones, incluso enfrentadas en algunos casos, están indicando que hace falta dar una discusión muy profunda en el peronismo salteño?, consultó Salta/12 a Mauro Sabbadini, presidente del Partido Felicidad, él mismo una expresión dentro del movimiento.

“En Salta, al igual que en todo el país, tenemos muchos peronismos y muchos partidos”, planteó Sabbadini. “Creo que el peronismo tal como lo hemos conocido, ha muerto, y hay precisamente un proceso de rediscusión respecto de cuál de esos peronismos existentes va a terminar configurando la identidad colectiva del movimiento peronista tanto a nivel país como en Salta. Porque sin duda alguna no representan lo mismo Mariano Recalde que Pichetto, o Alberto Fernández que Juan Carlos Romero, Miguel Isa que Carlos Reutemann, por citar algunos ejemplos, o Cristina Fernández de Kirchner y Sonia Margarita Escudero, por citar también algunas compañeras”, se explayó.

Sabbadini aclaró que no pretende caer en la tesis de Julio Bárbaro, quien postula que el peronismo se agotó. Al contrario, planteó una efervescencia dentro del movimiento, algo así como lo que sostiene la broma popular, dentro del peronismo, cuando hay discusión, se están reproduciendo.

“Creo que a nivel país y a nivel provincial existen muchos peronismos y también muchos partidos políticos que intentan darle representatividad a estas nuevas configuraciones identitarias que se reconocen o bien como peronistas o bien como desprendimientos de ese movimiento”, siguió Sabbadini. Destacó que precisamente Felicidad es uno de esos partidos que siguen el ideario peronista.

“El peronismo salteño debe continuar el debate profundo que viene dándose, lo debe llevar a instancias conclusivas en el corto plazo”, afirmó. Sabbanini, que ahora está acompañando la candidatura de Leavy, opinó que esto se originó “hacia mediados de los 90 cuando las grandes mayorías comprendieron las políticas que estaba llevando a cabo el ex presidente Carlos Saúl Menem, que en teoría deberían perseguir horizontes de justicia social, independencia económica, soberanía política” y, “en cambio, estaban atentando contra esos principios que vertebraron el movimiento peronista desde su fundación”.

“Así se da en mi opinión una crisis profunda que implosiona el movimiento peronista y esta implosión también generó la ruptura de la relación directa que existía entre ese movimiento y el Partido Justicialista propiamente dicho”, explicó. Las políticas menemistas tuvieron continuidad con el gobierno del radical Fernando De la Rúa, “fue la crisis del 2001 y allí encontramos no solo el nacimiento de varios partidos políticos que eran, o se definían a sí mismos como representantes de idearios del peronismo que ya el justicialismo no representaba, sino también en la emergencia nuevos actores políticos que volvieron a asociar a ese movimiento peronista con, por ejemplo, una patria justa, libre y soberana”.

Para el dirigente, la “primera consecuencia positiva” de aquella crisis es la “transversalidad que impulsa Néstor Kirchner” y la creación de nuevos partidos políticos, como el Partido de la Victoria y, en el caso de Salta, el Partido Felicidad. “Nuestras bases y principios, por ejemplo, tienen establecido con claridad que bregamos por una patria que sea socialmente justa e igualitaria, culturalmente plural e inclusiva, económicamente libre y solidaria, y políticamente fraterna y soberana”. Hay una hilación directa entre aquel peronismo que “representaba en sus bases y principios a las grandes mayorías populares, a los oprimidos, a los excluidos, a los trabajadores, en pos de una sociedad con mayor igualdad” con lo que “hoy nosotros pregonamos desde una mirada del siglo XXI”.

“Efectivamente el peronismo salteño, con todas sus figuras, debe darse un debate profundo, pero me parece también que lo debe hacer al interior del Partido Justicialista, porque es allí donde estas contradicciones deben resolverse”, concluyó.

Sin clima de campaña

El próximo domingo serán las elecciones provinciales generales en Salta. Sabbadini consideró que está todo muy “sereno, calmo, no hay clima de campaña. En las calles no se percibe una disputa política equiparable a lo que se está poniendo en juego. Noto cierto triunfalismo también por parte del espacio que integran Sáenz y Romero y la militancia está relacionada más con un compromiso histórico, político y social, quizás asociado al triunfo de Alberto y Cristina a nivel nacional, que pugna por tratar de derrocar ese triunfalismo del espacio de Sáenz y Romero”.

“Por supuesto”, dijo Sabbadini, Felicidad está “militando, acompañando, llevando adelante una campaña como lo hacemos habitualmente, con una ética elevada, tratando de dar cumplimiento, exhaustivo y acabado a toda la normativa que regula la campaña electoral con los candidatos y candidatas que a lo largo y ancho de la provincia acompañan el proyecto que tiene a Sergio “Oso” Leavy como candidato a gobernador”. Destacó en este sentido el cierre de campaña del candidato a intendente de Vaqueros, Tane Da Souza.

En cuanto a la apatía ante los comicios de este domingo, Sabbadini la atribuyó a tres factores: “este distanciamiento que ya desde varios años se viene evidenciando entre la ciudadanía y la política”; el resultado de las generales, dado que “el hecho de que esté definida la fórmula que va a gobernar el país en los próximos cuatro años, implica de algún modo la certeza de que nada de lo que vaya a suceder en la provincia, en los 60 municipios, está desligado de las decisiones que se tomen en el plano nacional, por la agudeza de la crisis económica social en la que nos deja sumergidos el macrismo”, y consideró que el tercero puede estar vinculado al resultado de las PASO provinciales, en particular el caso de la Ciudad de Salta, en la categoría intendente, que arrojaron resultados importantes a favor de los precandidatos del Frente Sáenz Gobernador, “entonces eso también hace que haya cierto desinterés”.

Sabbadini empezó a militar en la secundaria en el Colegio Nacional de Buenos Aires, aunque considera que recién a los 17 años se abocó de lleno a la militancia social y política, no partidaria, en las villas de Capital Federal y el conurbano bonaerense.

Felicidad fue el primer partido al que se afilió, pero su militancia política partidaria, si pudieran aplicarse estos términos para el caso, se inició el 25 de mayo de 2003, con el kirchnerismo. Y ejerció la función pública recién en 2010, fue funcionario de la última gestión municipal del vicegobernador Miguel Isa. “Porque vi que Miguel Isa no solo encarnaba los valores más profundos y arraigados en las concepciones políticas progresistas que representan al campo nacional y popular, sino que además eso lo predicaba él con su ejemplo cotidiano”.

Además, es autor de libros sobre la inmigración italiana en Argentina.