Desde San Luis

El gobernador Alberto Rodríguez Saá le otorga una importancia central, para su futura gestión como mandatario provincial reelecto, a la posibilidad de que sus candidatos ganen las elecciones a intendente y concejales de esta ciudad capital, que se realizarán este domingo. El objetivo es reconciliarse con un electorado capitalino que desde hace décadas le es esquivo, tanto a él como a su hermano Adolfo. El mensaje dirigido a los opositores citadinos tiene un tono conciliador, para olvidar tensiones antiguas y recientes: “Hay que rescatar la histórica cultura de la puntanidad, de la solidaridad, de la hermandad, una cultura que nada sabe de 'grietas’ ni de divisiones entre puntanos y puntanas”.

Para Alberto, triunfar este domingo sería una revancha, luego del inesperado traspié, a nivel provincial, en las elecciones presidenciales del 27 de octubre. Tras ganar la elección a gobernador en junio y de imponer en las PASO a sus candidatos nacionales del Frente de Todos por más de diez puntos sobre Juntos por el Cambio, en los comicios definitivos Mauricio Macri revirtió el resultado, al imponerse por algo más de tres puntos a la lista encabezada por el ganador nacional Alberto Fernández.

En aquellas PASO, Cambiemos sufrió a nivel local el impacto de la decisión del actual intendente, Enrique Ponce, de retirarle el apoyo a la candidatura de Macri. Esa ruptura se mantuvo, pero el domingo 27 de octubre el resultado se dio vuelta y el voto de la capital provincial tuvo algo que ver con viejas heridas que no terminan de sanar. La distancia entre los Rodríguez Saá y un sector importante de la capital provincial, hace que desde 1994 no haya un intendente local que lleve su sello. 

Hace tiempo que Alberto no da entrevistas personales, pero se expresa en los actos públicos, en contactos con la prensa local. En el acto de cierre de campaña de su candidato a intendente, Sergio Tamayo, el gobernador reelecto le habló a sus votantes y a los que no lo son. El Alberto, como le dicen, lustró su chapa de hombre de la capital: “Yo nací acá, hice el jardín de infantes, la primaria y la secundaria en escuelas públicas de esta ciudad orgullosa, en la que vive toda mi familia y mis amores…”. Soltó la frase con una sonrisa seductora y se detuvo para escuchar el murmullo y las risas de la multitud reunida en el anfiteatro del Parque del IV Centenario.

Como siempre lo hace, apeló a la mención de las cosas simples, para dirigirse a los que están en la vereda opuesta. “Esta es una ciudad orgullosa, pero los puntanos y puntanas somos buena gente, siempre abrimos los brazos”. Dijo que cuando él era joven “la ciudad tenía como tradición la solidaridad y la hermandad entre los puntanos y puntanas, entonces no provocábamos ‘grietas’, siempre tratábamos de ser solidarios con todas las familias y estar lo más unidos posibles”. Consideró que esas “grietas” se fueron generando “por la politiquería, que me peleo, que no quiero, y eso no es lindo”. Señaló que San Luis “ya no es una aldea, ya no es el último orejón del tarro. De ser los últimos pasamos a ser de las provincias más ordenadas, con mayor progreso. Nos preocupamos porque todos tuviéramos vivienda y eso se logró. Pero la ciudad de San Luis, en lugar de seguir el ejemplo de la provincia, se quedó fomentando la grieta, la división. Se quedó en el tiempo, no pudo pasar de ser una aldea a ser una ciudad madura”, acusó. "Es una ciudad adolescente y nosotros tenemos la responsabilidad histórica de cerrar toda grieta, para que pase a ser una ciudad madura. Con cultura, con deportes, con escuelas, con viabilidad económica, todo eso significa madurar”, graficó, y prometió que si gana Tamayo “su gestión va a generar días de hermandad”.

 

El domingo, si mantiene su piso del 40 por ciento de los votos, el candidato de Alberto podría doblegar al oficialismo de la capital, encabezado por el actual intendente Enrique Ponce, que impulsa la candidatura de Enrique Picco. La ruptura de Ponce con Macri dividió a Cambiemos, cuyo candidato es Gastón Hissa, apoyado por sectores del PRO y del radicalismo que rompieron, a su vez, con Ponce. Esa división, en teoría, favorece al candidato de Alberto, que podría ganar en la capital después de más de 25 años. Habrá que ver cómo vota la “ciudad adolescente”.