Apenas se supo que Lula da Silva había recuperado su libertad, tanto Alberto Fernández como Cristina Kirchner festejaron la novedad con sendos mensajes por Twitter. La inmediata respuesta de la triunfante fórmula del Frente de Todos no fue una casualidad. Se inscribe dentro del persistente reclamo por la liberación del ex presidente brasilero que vienen desarrollando desde el lanzamiento de la campaña que finalmente los devolvió a la Casa Rosada.

Antes de las elecciones, el propio Alberto Fernández viajó a Brasil especialmente para visitar a Lula en su prisión y tuvo repetidos cruces con el presidente Jair Bolsonaro por su persistente reclamo por "Lula libre". De alguna manera, la crítica del "Lawfare", como se denomina en inglés la utilización de la justicia con fines políticos, sirve para retratar lo que ocurrió y ocurre en buena parte de América latina, empezando con la persecusión al PT en Brasil, con Lula a la cabeza, y a los funcionarios del último gobierno peronista en la Argentina, con especial énfasis en la ex presidenta.

Apenas dejó la prisión, Lula utilizó la misma red para agradecer el mensaje de Alberto Fernández. "Son muy gratas las palabras del compañero. Quiero que sepa que puede contar conmigo en cualquier cosa que necesite para conducir a la Argentina en la dirección necesaria para resolver los problemas del pueblo pobre. Agradezco de corazón la solidaridad que demostró visitándome en la prisión", le dedicó el líder brasilero.

Por su lado, Alberto Fernández se comunicó con el ex canciller brasilero, Celso Amorim,  que llegó este viernes a la Argentina para participar en la reunión del Grupo de Puebla que se realiza este fin de semana en Buenos Aires. El objetivo principal de la llamada fue invitar al recién liberado líder del PT a participar de la ceremonia de asunción de las nuevas autoridades en el país el próximo 10 de diciembre.