Los defensores de los tres policías procesados por el homicidio calificado del remisero Claudio Romano, ocurrido en Villa Crespo el 1º de octubre pasado, solicitaron el sobreseimiento de sus defendidos, la inspectora Beatriz Manzanelli, la oficial Daniela López y el oficial primero Ramón Pérez, de la comisaría 15B. La presentación se realizó durante una audiencia ante los camaristas Julio Lucini, Mariano González Palazzo y Magdalena Laiño, integrantes de la Sala VI de la Cámara de Apelaciones. Durante la audiencia, fijaron su postura la abogada de Correpi por la querella, María del Carmen Verdú, en representación del padre de la víctima, Ramón Romano, que rechazó los argumentos de la defensa, y el fiscal Mauricio Viera, que apoyó la postura de la querella. También estuvo presente la pareja de la víctima, Lucía Sánchez.

En términos estrictos, los abogados de la defensa, Manuel Ramallo y Rodolfo Barrios, ambos integrantes del equipo de abogados de la Secretaría de Seguridad porteña, argumentaron que la jueza de instrucción Angeles Gómez Maiorano, del Juzgado Criminal y Correccional 49, analizó las etapas del hecho por separado en lugar de tomar todo el hecho en su conjunto, según revelaron a este diario fuentes del caso.

Gómez Maiorano fundamentó el procesamiento en un minucioso análisis del hecho a partir de diferentes vertientes de información: el video de seguridad en el que se ve desde que llega el auto del remisero y se estaciona detrás del patrullero, hasta el momento en que es rematado. También analiza el peritaje realizado por la Policía Federal, que determina la procedencia de los disparos y la relación con las armas presentes. "La jueza realizó un minucioso estudio del video --dijo Verdú a Página|12--. Separó los momentos: primero hasta que los policías se defienden de la agresión de Romano y le hacen tres disparos, uno de los cuales lo hiere y cae al piso. Hasta ahí la jueza considera la legítima defensa. Pero desde ahí, pasan 43 segundos con Romano en el piso, sin que tuviera ninguna posibilidad de hacer nada. Incluso desestimó las declaraciones de las policías que dijeron que estaban angustiadas por su compañero herido, ya que en el video se las ve dando vueltas, modulando con sus teléfonos, ni siquiera se le acercan a ver cómo está. Y en los últimos 5 segundos, por las dudas, le disparan 5 veces y uno de esos disparos, aparentemente de Pérez, resulta el mortal. Los mismos abogados defensores plantearon la legítima defensa argumentando que los policías no podían saber si Romano no tenía otra cosa aparte de la navajita. O sea, aceptaron que lo mataron por las dudas. La jueza consideró que no había ninguna necesidad de disparar, y que los policías estaban en condiciones de controlarlo sin ningún riesgo."

Los defensores intentan argumentar que se trató de legítima defensa y se debería tomar todo el hecho como uno solo, y no separarlo en dos momentos como resolvió la jueza. De analizarse de ese modo, la actuación policial consistiría en una defensa al estilo delay, con 40 segundos para comunicarse con sus superiores mientras que tienen una persona herida e inmovilizada en el piso, y en lugar de reducirlo con esposas le dispararon cuando intentó levantarse, por las dudas. Ni siquiera utilizaron el ejercicio de la patada que unos días antes , el pasado 20 de agosto, otros policías de la Ciudad aplicaron a Jorge Martín Gómez, un hombre ebrio, en la calle, para "controlarlo", provocándole la muerte.

Ahora la Sala deberá decidir si acepta la solicitud de sobreseimiento, si avanza por la falta de mérito o si sostiene la calificación de homicidio calificado por tratarse de funcionarios policiales, o la modifica.

Como en el caso de Chocobar, los policías mataron y cuentan con defensa ministerial por su actuación. Una manera de decirles desde la autoridad, que lo que corresponde es matar.