El riesgo país subió de nuevo por encima de los 2500 puntos. Se trata de la cifra más elevada desde principio de septiembre cuando se anunció el reperfilamiento. Hubo bonos bajo Ley Nueva York que llegaron a caer más del 7 por ciento. En la bolsa porteña hubo un retroceso promedio del 1 por ciento, pero las acciones argentinas que cotizan en Estados Unidos cerraron con bajas de más del 6 por ciento.

Los 2507 puntos que alcanzó el riesgo país este martes se explican por la fuerte caída de precio de los títulos públicos. Los de corto plazo como el Bonar 2020 bajaron un 4,9 por ciento y los de largo plazo como el Centenario perdieron 4,2. El Discount 2033 con Ley norteamericana fue uno de los activos más castigados: registró un descenso del 7,1 por ciento y cotiza en torno al 50 por ciento de paridad.

El desplome de las acciones y bonos se interpretó de distintas maneras en el mercado. La situación geopolítica es uno de los elementos más comentados entre los informes de los consultores de la city. El planteo que hacen es que los inversores tienen miedo por la posición de la argentina respecto de la situación de Bolivia. Consideran que pueda generar un cortocircuito con Estados Unidos y entorpecer la negociación de la deuda.

El principal desafío es que el país no tienemucho tiempo para alcanzar un acuerdo con los bonistas y el Fondo Monetario. El gobierno de Fernández se manejará apenas asuma con menos de 10 mil millones de dólares de reservas líquidas y tendrá vencimientos de deuda en 2020 por más de 15 mil millones. Los dólares no alcanzan para poder cerrar el programa financiero del próximo año y conseguir un acuerdo con los bonistas es la clave para aliviar las cuentas del sector público.

Las tensiones financieras, económicas, políticas y sociales empiezan a replicarse en la región. Los datos duros de la economía chilena muestran esa situación complicada. Este martes la moneda chilena se devaluó más de 5 por ciento (en un país con inflación anual menor al 2 por ciento) y la bolsa de Santiago registró una contracción de más del 3 por ciento. La incertidumbre vuelve a ser la principal característica de los mercados de Latinoamérica.

En tanto, el Banco Central argentino intervino en el mercado cambiario para adquirir 200 millones de dólares y evitar que el tipo de cambio siga bajando. De todas formas la cotización cerró en 62,98 pesos (caída de 9 centavos). El refuerzo del control cambiario fue efectivo para permitirle al Central comenzar a comprar dólares del superávit comercial.

Este no es el único cambio macroeconómico importante de las últimas semanas. Las tasas de interés también empezaron a acelerar la caída (ya se ubican cerca del piso del 63 por ciento para este mes) y los bancos comenzaron a desarmar pasivos monetarios. Este desarme de las Leliq y de los pases a 24 horas no fue por el retiro de plazos fijos. La clave está en el aumento de los préstamos al sector privado.

Desde el 23 de agosto los datos muestran un cambio de tendencia respecto del desequilibrio de las letras de corto plazo de la autoridad monetaria. Los pasivos monetarios (Leliq y pases) marcaron una caída de 261 mil millones de pesos. En el mismo período el financiamiento para el sector privado (crédito para consumo y producción) subió en 203 mil millones.

Las interpretaciones de este movimiento son dos. La primera es que los bancos dejaron de dar créditos en dólares para poder cubrir el retiro de depósitos y reemplazaron estas líneas de financiamiento por préstamos en pesos. La segunda es que los banqueros consideran riesgoso tener Leliq y para diversificar sus inversiones no sólo colocan pases a 24 horas, sino que flexibilizan las condiciones en las que entregan crédito a empresas e individuos.