Tanto rock, tanto trap, tanto rap… ¿y finalmente el hit argento de 2019 terminará siendo una canción de cancha reversionada por un grupo de cumbia con casi 50 años de antigüedad? A apenas cinco días del bombazo que significó su participación en la final de la Copa Sudamericana, Los Palmeras ya superaron holgadamente en YouTube el millón de vistas de los videos que incluyen Soy sabalero, la reversión futbolera de la canción El parrandero, que la legendaria banda santafesina publicó en el disco Un toque diferente, de 1997, y que recientemente regrabó junto a la Mona Jiménez. Tan solo la filmación oficial de la Conmebol ya pasó las 700 mil reproducciones, mientras que en Instagram distintas cuentas orillaban una cifra similar.


El hincha que viajó en bicicleta desde el pueblo de San Javier, otro que fue de Santa Fe a Paraguay caminando y haciendo dedo, las 40 mil personas que superaron en el estadio La Nueva Olla de Asunción el récord Guinness de simpatizantes extranjeros, la lluvia bíblica que obligó a pausar el partido durante media hora y hasta el gol que pareció espejar al de Pity Martínez un año atrás, en Madrid, en el mismo minuto de descuento para estampillar el mismo resultado. El encuentro del sábado pasado, que consagró campeón sudamericano al Independiente ecuatoriano por encima del Colón argentino fue pródigo de postales inolvidables, pero ninguna como la de esos dos minutos previos en los que Los Palmeras le dieron otra pátina de bronce a su legendaria historia, con un medley de cumbia santafesina que superará en el recuerdo a cualquier finta o gambeta futbolística.

Al estilo del Super Bowl yanqui, la Conmebol pensó invitar a distintos artistas para que hagan su gracia antes de los que equipos salieran a la cancha de La Nueva Olla, el estadio más grande de Paraguay (aunque no el más importante, ya que eso le corresponde al histórico Defensores del Chaco). La idea de contratar a Los Palmeras se caía de madura: la banda creadora de la sentimental y romántica cumbia santafesina está vinculada emocionalmente con Colón, dado que muchos de sus integrantes son hinchas del Sabalero, entre ellos el acordeonista Marcos Camino y el cantante Cacho Deicas, sus dos emblemas. Además existe un compilado ya casi de culto con canciones de cancha grabadas por la banda cuando el equipo ascendió a Primera en 1995, y hasta una remera con el nombre y logo de Los Palmeras que el club dispuso utilizar en su anterior participación en la Sudamericana.

Sin embargo, para el show hubo idas y vueltas por temas de agenda. “Finalmente se acomodaron los planetas y arreglamos todos los vuelos”, anunció Camino: salieron desde Ezeiza hasta Asunción el viernes a la mañana para estar en la prueba de sonido de esa tarde, tocaron el sábado y regresaron el domingo a primerísima hora, para luego tomarse a media mañana otro avión de Buenos Aires a Santa Cruz, donde se presentaron esa misma noche en un festival de Puerto San Julián.


Ya habían hecho algo parecido en 1997, durante la reinauguración del estadio de Colón de Santa Fe, el “Cementerio de los Elefantes”. Tocaron en el medio de la cancha del mismo modo que el sábado lo hicieron en La Olla de Asunción. “Esa vez se escuchaba más a la gente en las tribunas que a nosotros –había reconocido Marcos Camino antes de esta última final–, así que ahora esperamos que los hinchas de Colón exploten de emoción y alegría.” Y efectivamente fue así. Pero tuvo que pasar primero el breve set del grupo quiteño La Vagancia: menos de un minuto para hacer una canción que en realidad fue escrita tres años atrás por Cucho Parisi, de los Auténticos Decadentes, para Independiente de Avellaneda. Y ahí sí aparecieron Los Palmeras con el tema del bombón asesino, el hit que preludió al momento épico de la tarde-noche.

“El viernes había sonado Soy sabalero en la Fan Zone que la Conmebol puso frente a la costanera de Asunción, y reventó todo”, explica Willy Fish, hincha de Colón y co-conductor del programa rockero Peces en el Aire, emitido desde hace diez años por la radio Aire de Sante Fe. Willy viajó a Paraguay junto a su familia: “Lo que no puedo describir es el éxtasis y la emoción que vivimos y experimentamos en La Nueva Olla cuando Los Palmeras arrancaron con ese himno. Casi nos morimos y lloramos todos a moco tendido. Una emoción inolvidable”.

Aunque era evidente que el grupo estaba montando un playback (apenas intervenía Cacho Deicas con el micrófono), la vivacidad de la canción la pusieron los 40 mil hinchas cantando a grito pelado “¡Sabalé, sabalé, la culpa de este pueblo sabalero!”, mientras otros tantos eran filmados por la transmisión oficial llorando de alegría (como Darío Genolet, el policía y estudiante de Ingeniería Electrónica en la UTN cuyo rostro emocionado se volvió meme). A esa altura casi que no hacía falta jugar el partido: Colón se había consagrado campeón de la emoción y el sentimiento profundo desde el río Paraná, mientras que al instante el grupo se transformaba en generador de memes y tendencia en Twitter .

Para cerrar la previa, segundos después de la actuación de Los Palmeras apareció Luis Fonsi, con la intención de avanzar sobre el fuego, aunque sus dos canciones ya no interesaban. La muestra fue después de Echame la culpa, cuando una pausa de segundos permitió escuchar a la hinchada sabalera rugiendo “Dale Colón” . “¡Sudamérica! ¿Estamos listos? ¿¡Quieren cantarla!?”, intentó sorprender Fonsi con exagerada efusividad mientras sonaba la intro de Despacito y el cantante se subía a mano el volumen del retorno que recibía por auriculares para bloquear el tronido de los santafesinos. Pero tampoco hubo caso: después de Los Palmeras poco importaba ya la presencia de nada que no tuviera que ver con las pasiones verdaderas.