Uno de los consensos cada vez más extendidos en el feminismo es que la defensa de la educación pública debe ocupar un lugar relevante. Esta semana será una prueba de fuego. Las movilizaciones se abren el lunes 6 con el paro docente nacional y marcha al Ministerio de Educación. 

Magui Fernández Valdez, del Frente de Mujeres, Tortas, Putos, Travas y Trans de Nuevo Encuentro, señala que el desafío es participar de los tres espacios de movilización (6, 7 y 8 de marzo): “Es importante no faltar a ninguna de las convocatorias y apoyar a los gremios se expresan contra los intentos del macrismo de volver a una política educativa neoliberal. El 7, Día de la Visibilidad Lésbica, el desafío es encontrar los puntos de intersección entre el movimiento lésbico y los reclamos que afectan al pueblo en general. Ver el reclamo por la libertad de Higui en un contexto general. Que nuestra visibilidad no aparezca como un reclamo por fuera del escenario político”.

Por su parte, Luci Cavallero, del Frente por la ESI (Educación Sexual Integral) y participante en las asambleas convocadas por el colectivo Ni Una Menos, sostiene que “no se puede pensar el feminismo escindido de las luchas concretas por el acceso a políticas públicas que democraticen el acceso a la educación. Por eso son importantes estas convocatorias en defensa de la educación pública, sin dejar de señalarles a los chongos de los sindicatos que queremos comisiones gremiales con espacios igualitarios para las mujeres”.