Desde Madrid

Después de la dura derrota de este miércoles frente a Alemania todo era desazón y tristeza. El jueves, sin embargo, una combinación de resultados tan improbables como necesarios le permitió a la Argentina meterse en cuartos de las Finales de la Copa Davis, disputadas en la Caja Mágica de Madrid.

El equipo de Gastón Gaudio debió esperar y sacar cuentas hasta el último suspiro para avanzar a la siguiente ronda como uno de los dos mejores segundos, dado que Alemania había superado a Chile en el primer turno del jueves y había terminado como líder del Grupo C.

“El mismo milagro que casi nos deja afuera es el que nos puso en los cuartos de final”, resumió el capitán, que pasó de la decepción a la euforia con muy pocas horas de diferencia, igual que el resto de la delegación.

El equipo completo de Argentina había comenzado la jornada con el desayuno en el hotel mientras seguía los partidos por televisión y alimentaba la esperanza, hasta aquel momento casi nula. Ni bien la sucesión de los hechos empezó a arrojar un guiño del destino, los jugadores y el cuerpo técnico arribaron a la Caja Mágica para vivir de cerca lo que finalmente resultó un alivio.

El semblante de todos se modificó de forma radical y en el entrenamiento de la tarde se sintió un aroma de optimismo, satisfacción y entusiasmo. Claro, el equipo vivió dos emociones opuestas en muy poco tiempo: de saberse eliminado ahora tiene una nueva oportunidad, un desafío más en una serie mano a mano en la que puede pasar cualquier cosa. En los pasillos rumbo a las lujosas canchas auxiliares se lo escuchó a Gaudio deslizar, en broma, que “el gato tiene siete vidas”.

Minutos después peloteó con el subcapitán Gustavo Marcaccio, entre risas, en el inicio de la práctica. Bola va, bola viene, gastadas entre uno y otro por alguna pelota débil, hasta que un dirigente de la Asociación Argentina de Tenis ingresó a la zona de butacas y exhibió un pequeño festejo con el Gato. "¿Viste el partido de Krajinovic? La rompió", le dijo, en referencia al triunfo del serbio sobre el francés Tsonga en uno de los partidos de los que dependía la albiceleste para avanzar. La respuesta del capitán no se hizo esperar: "¿Cómo no lo voy a ver? Lo vi más que el doble, una locura".

Guido Pella y Diego Schwartzman, los singlistas titulares, fueron los primeros en entrenarse bajo las indicaciones de un Gaudio activo y muy metido en las variantes que ofrecía cada una de las jugadas trabajadas. En una en particular le pidió a Marcaccio que le facilitara una bola alta y sacó una derecha invertida que besó el vértice del otro lado. "¡Qué cachetazo sacó!", se sorprendió Schwartzman.

Pella será el encargado de abrir la serie ante España este viernes desde las 13.30 de Argentina frente a Pablo Carreño Busta, el ex top 10 que reemplazó a Roberto Bautista Agut, quien se retiró del equipo local por problemas personales. A continuación será el turno del Peque nada menos que contra Rafael Nadal, número uno del mundo y hombre franquicia de esta nueva Copa Davis impulsada, en mayor parte, por el defensor de Barcelona Gerard Piqué.

Para el punto de dobles se espera que la Argentina vuelva a formar con Máximo González y Leonardo Mayer, quienes rindieron con creces en el triunfo ante Chile y en el partido con Alemania, en el que llegaron a disponer de seis match points. El tandilense y el correntino se entrenaron después de Pella y Schwartzman junto con Marcaccio y el sparring Pedro Cachín. Llamó la atención la presencia de Horacio Zeballos, lesionado en el aductor derecho, quien se acercó para observar la práctica y dialogó un tiempo largo sentado en el piso con Gaudio.

El marplatense, número cuatro del mundo en dobles, no se entrenó pero evoluciona día a día de manera favorable, aunque nada se sabrá hasta último momento, tal cual se maneja la situación desde que sufrió aquel tirón en la pierna el sábado pasado. Se puede suponer que no lo arriesgarán, sobre todo porque Mayer y González atraviesan un muy buen momento. ¿Habrá otro milagro? En esta Davis todo es posible.