Cincuenta y siete días lleva la ocupación de la planta ubicada en Bernal de la empresa norteamericana Kimberly Clark por parte de sus trabajadores, que enfrentan lo que denominan "un cierre trucho", y ahora va cobrando forma la posibilidad del desalojo ante el pedido de la fiscal que interviene en la causa abierta por la denuncia de la patronal, que los acusa de usurpación. "Hacemos responsable a María Eugenia Vidal, al presidente Mauricio Macri y al intendente Martiniano Molina por nuestra integridad si se produjera el operativo, ellos son los responsables de nuestra situación así como la del país, la solución no es la represión ni el desalojo sino discutir con los trabajadores", expresó el delegado Patricio Lara, luego de una acto en la puerta donde dirigentes gremiales, políticos y diputados compartieron la producción hecha durante la jornada.

"Tenemos esperanzas porque las máquinas funcionan y podemos producir. Hoy pusimos en marcha las líneas para demostrar que los trabajadores sabemos y podemos hacerlo, hemos entregado producción a hospitales y comedores porque hay necesidad de insumos de higiene en el Estado, así se podrían salvar los 200 puestos de trabajo", dijo Lara en alusión a una posible solución política: convertirse en proveedores privilegiados para el Estado. "Las nuevas autoridades deberían pronunciarse, hacemos un llamado a Alberto Fernández y a Axel Kicillof para que no avance el desalojo sino que se inicie una discusión con nosotros, los trabajadores de la planta", agregó. 

Consultado sobre la respuesta obtenida, Lara comentó: "Tuvimos una charla, nos visitaron los futuros ministros pero no hubo una devolución. Por eso pedimos que quienes están a punto de asumir sus cargos se pronuncien por la continuidad de los puestos de trabajo. No tenemos muchas alternativas más que resistir el desalojo, la salida a los despidos la podemos dar los trabajadores". Desde que comenzó el conflicto, en el acampe que montaron en la puerta recibieron la visita del ex secretario de Comercio Augusto Costa, y de Mayra Mendoza, intendenta electa de Quilmes.

En este conflicto no hay una mesa de diálogo que garantice a los trabajadores su permanencia en la fábrica, la empresa parece desinteresada en tener contacto alguno con ellos. Tampoco tuvieron éxito las mediaciones prejudiciales, por lo tanto, teniendo en cuenta que ya desalojó otras plantas ocupadas, hay una importante probabilidad de que el juez Martín Nolfi ordene lo mismo en este caso, como así también de que esto suceda antes del cambio de gobierno. Por eso decidieron ponerse a producir y mostrar el producto de la incipiente autogestión.

Ocupar, resistir, producir

Desde hace dos meses, el acampe de los trabajadores de Kimberly-Clark resiste el cierre de la planta que la multinacional norteamericana posee en Bernal, que aduce "problemas económicos". En este tiempo, en el lugar hubo actividades diversas, para apoyar a las 200 familias que no quieren sumarse a las estadísticas de cierres de fábricas en el país. Hubo milonga, obra de teatro y una presentación de “freestyle anti represivo”, todo con el objetivo de sostener el fondo de huelga.

“La fiscal que entiende en la causa que inició la empresa, Gimena Santoro, visitó dos veces la planta, la última con una mediadora, nosotros insistimos en que la producción es viable, y que estamos en presencia de un lock-out patronal”, dijo Walter Reláñez, otro de los delegados. Pero se fueron de las mediaciones con las manos vacías. 

El pedido de desalojo de la empresa Kimberly Clark genera tensión, porque los empleados que no se adhirieron al retiro voluntario o a las indemnizaciones creen que podrían intentar el uso de la fuerza para cumplir con la orden. Sus patrones cerraron toda vía de diálogo posible con el envío de telegramas de despido, y dejaron un tendal de deudas de salarios e indemnizaciones. Por eso, los empleados piden que las nuevas autoridades intervengan. “Nuestro proyecto para recuperar la producción fue presentado a distintos referentes de las fuerzas políticas en el Congreso, queremos que nos reciban los funcionarios del gobierno entrante para buscar una solución”, destacó Reláñez. La semana pasada, ante el fracaso de las reuniones difundieron un video convocando a solidarse con sus demandas.

"Somos parte de la comisión de mujeres, vivimos con angustia y tristeza, más aún sabiendo que se puede seguir adelante como lo demostraron los compañeros que hoy pusieron en marcha la producción, pero tenemos la indiferencia del Estado que está ausente, el ministerio de Trabajo tiene nuestra denuncia por los despidos masivo y nunca hubo audiencia, entonces la justicia tiene la via libre para el desalojo", dijo María, esposa de uno de los trabajadores. "El 26 de septiembre los dueños nos avisaron por teléfono a las 11 de la mañana que la planta cerraba, tenemos una representación interna de la que soy parte y en ninguna reunión la empresa jamás planteó algo así. Pero nosotros hicimos enseguida una asamblea y a las 2 de la tarde ya habíamos decidido ocupar, la compañía tiene un total desprecio después de 20 años de obtener ganancias", recordó Lara.

Los papeleros de Kimberly Clark y la Comisión de Mujeres se manifestaron la semana pasada con un corte en Avenida de Mayo y la 9 de julio, acompañados por sus pares de Ansabo y distintas organizaciones solidarias. Días antes, con un papelazo en Plaza de Mayo, que denominaron "la plaza de papel", protestaron contra el cierre de la papelera y regalaron los productos, exigiendo que el Estado se haga cargo y resguarde las fuentes laborales. Desde hace 25 años, y con otras dos plantas en Pilar y San Luis, la empresa tiene las marcas Kleenex y Scott.