Desde París

Aquellos que se denominan los "patriotas" tienen une convicción irrevocable: el “gran reemplazo” de las sociedades occidentales está en curso, ”es real y visible en Francia y si no tenemos cuidado nuestra nación se apagará en poco tiempo”. La frase antes citada figuraba en el portal internet de un grupúsculo de extrema derecha, AFO (Acción de fuerzas operacionales) que en 2018 fue desmantelado cuando estaba cerca de cometer una serie de atentados contra los musulmanes de Francia (envenenamiento de la comida). Antaño restringida a una estrechísima galaxia ultra, la idea del “gran reemplazo” ha impregnado a las extremas derechas del mundo y hecho de su autor, Renaud Camus, un apóstol de la cruzada contra las sociedades multiculturales. Nada parecía destinar a este aristocrático escritor gay, cuyos libros fueron celebrados en los años 80 por su calidad, a convertirse en el ícono mundial de los extremistas de las ultraderechas. El enunciado es de una simpleza que, para muchos, resultó hipnotizadora: la pura cepa de la sociedad francesa, su vínculo más “tradicional”, está desapareciendo en beneficio de “un gran reemplazo” cuyos protagonistas son ciudadanos no europeos, entiéndase, musulmanes. Renaud Camus es una de las figuras que componen el triángulo de los intelectuales franceses que, desde los años 70, forjaron el zócalo del renacimiento de las ultraderechas: Alain de Benoist, el ideólogo fundador de la Nueva Derecha y pilar de la derecha alternativa norteamericana: Jean Raspail, autor de la novela El Campamento de los Santos (1973) donde el autor narra el desembarco de un millón de miserables de piel oscura en las costas de Francia. Y Renaud Camus. Dos de sus libros, De l'in-nocence. Abécédaire (2010) y Le Grand Remplacement (2011) desarrollan la temática del Reemplazo de las sociedades blancas occidentales.

Los polemistas radicales, algunos lideres del partido de extrema derecha Reagrupamiento Nacional (ex Frente Nacional), ciertos intelectuales y candidatos de esa corriente han convertido el libro de Camus en su manual de cabecera. La novela Sumisión, de ese idolatrado inocuo que es Michel Houellebecq, narra el ascenso al poder de los islamistas en Francia (La Fraternidad musulmana). Ese relato fue inspirado por las conversaciones que Houellebecq mantuvo con Camus. La teoría del ultraconservador consta de dos ejes: por un lado, según el autor, los datos demográficos (falsos) muestran que la inmigración masiva y la fecundidad elevada de las poblaciones no europeas están superando a la población originaria y, por consiguiente, imponiendo su religión y su cultura a todo el continente; por el otro, si esto es posible se debe a que una clase de dirigentes “remplazistas” ha organizado deliberadamente los flujos migratorios masivos con el fin de que emerja un nuevo hombre, desprovisto de todas las particularidades nacionales (étnicas y culturales). Ello, alega el autor, con el único propósito de modelar una suerte de individuo sin ataduras, intercambiable en cualquier circunstancia y dispuesto a ser un lacayo nómada al servicio de la globalización. La influencia de Renaud Camus ha sobrepasado las fronteras francesas. Su Gran Reemplazo figura en la tapa del manifiesto publicado en internet (The Great Replacement) por el terrorista australiano Brenton Tarrant que el 15 de marzo de 2019 asesinó a 51 personas en la mezquita de Christchurch, en Nueva Zelandia. En ese texto de 74 páginas, Tarrant sostiene que, luego de un viaje a través de Francia, se convenció de que era urgente pasar al acto porque hay “invasores por todos lados”. La misma idea del invasor reemplazante aparece en el texto que el supremacista blanco Patrick Wood Crusius publicó en internet antes de perpetrar la matanza en el Walmart de El Paso (3 de agosto de 2019) que dejó un saldo de 22 muertos. El manifiesto The Inconvenient Truth hablaba de “la invasión hispánica de Texas”.

Los libros de Renaud Camus no contienen llamados a la violencia o a la eliminación, pero han sido interpretados así por una minoría radicalizada que se nutre de su prosa altamente racista y dura, por la que ya fue condenado por "incitación al odio". Camus puede evocar con total impunidad el “genocidio por sustitución”, acusar a los musulmanes de “colonizadores” o de ser el “brazo armado de la conquista”. Para alguien que se dice pacifista, sus palabras son un incendio. Para Camus, quienes asesinan son “locos”, ”idiotas”, ”descontrolados” y él no debe ser considerado “cómplice” de esas matanzas. No obstante, su obra ha tenido un poderoso alcance contaminante, tanto más cuanto que los estragos de la globalización sensibilizan a sus lectores antes ideas complotistas sobre la existencia de un “remplazismo global”, o aquella acerca de la meta secreta escondida en el corazón del capitalismo: convertir a cada ser humano en un consumidor “remplazable”. Renaud Camus sostiene que basta con pasearse por Francia y por Europa y “observar la realidad del Reemplazo”. El subjetivismo es completo. Las estadísticas francesas contradicen la veracidad de esa observación. En total, 12% de la población francesa es de origen extranjero. Las cifras están muy lejos de probar su teoría. Sin embargo, los estudios de opinión muestran que un segmento consistente de la sociedad sí cree en que hay un Reemplazo en curso, y que este está organizado como un complot. La fundación Jean-Jaurés, Conspiracy Watch y la encuestadora IFOP realizaron un estudio (2018) sobre el impacto del complotismo: una persona de cada cuatro compartía la idea según la cual “la inmigración ha sido organizada deliberadamente por las elites políticas, intelectuales y mediáticas con la meta final de remplazar a la población europea por una población inmigrada”.

Camus es un heredero de las etnoobsesiones que la extrema derecha europea desarrolló desde finales del Siglo XIX. El autor de El Gran Reemplazo, en pleno Siglo XXI, modernizó el objeto del odio: antes los judíos, ahora los africanos y los musulmanes. Los líderes políticos más importantes de la extrema derecha se cuidan de no emplear el termino “gran reemplazo” pero tejen sus retóricas en torno a ese concepto. En vez de “reemplazo” pueden decir, como Marion Marechal Le Pen, que la inmigración pone en tela de juicio “la continuidad histórica” de Francia. Renaud Camus ha alimentado la circulación de un consistente flujo de libros escritos a partir de su teoría, incluso por autores que antes fueron de izquierda. Es el caso del hoy racista y purista conservador Alain Finkielkraut, autor de La Identidad Infeliz”. Sumisión, de Michel Houellebecq, es una extensión bajo forma de ficción de los desvelos de Camus. El Gran Reemplazo es puro humo, una inanidad llena de miedos, percepciones fugitivas, nostalgias por un mundo blanco y católico que la colonización alteró, emociones que adquieren el estatuto de ciencia demográfica y que pueden funcionar como un manual para los soldados al servicio del odio.

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