Siempre me preocupó cómo llevar a la cotidianeidad de las personas, los grandes planteos ambientales, filosóficos y humanos. Las grandes ideas sirven para conducirnos, pero llevarlas al detalle existencial de la gente en su vida diaria es fundamental y esencial.

Cuando suscribimos el Manifiesto de Rosario por el Agua en 2010 con Leonardo Boff nos interpelaba la idea cómo llevar el derecho humano al agua en la vida concreta y cotidiana de las personas en situación de paseantes de la ciudad, ya sea en situación distractiva, de trabajo, de diversos trámites, en espectáculos públicos y deportivos. Esa realidad no era percibida por las políticas públicas del Estado. Nos inquietaba cómo la gente y el agua se vinculaban afuera de sus domicilios.

En 2011 firmamos el Pacto Público del Agua capítulo Latinoamericano junto al pensador Ricardo Petrella, la constante de la cotidianeidad de las personas en situación urbana y el agua, seguía preocupándonos. Se agregó a ello, el planteo de la desmercantilización en la existenciaridad del ciudadano en la urbanidad. Fue así que fue tomando forma y contenido a partir de la sociología de lo cotidiano, el Derecho de Jarras de Agua. Había una aproximación, no un antecedente, que databa de 1943. Fui profundizando, llegando a la conclusión que el agua potable en situación urbana, de calle, en exterioridad de los domicilios, se podían dar con el Derecho de Jarras de Agua: en los parques con bebederos de agua potable libre y gratuita, luego también en los bares y restaurantes con agua segura gratis. También en lugares públicos lúdicos, eventos deportivos, bailables, congresos y distintas actividades de personas en situación de urbanidad. Allí debía estar el Derecho de Jarras de Agua potable, libre y gratuita. Un símbolo la jarra de agua. De suyo podía ser una copa de agua o vaso grande con consumo ilimitado.

Con la Cátedra del Agua de la UNR en Rosario hicimos un relevamiento en 2012 sobre cien espacios públicos de los 450 espacios públicos en Rosario. Presentando en ese momento el 90 por ciento de falta de bebederos. Las autoridades municipales tuvieron el buen tino de escuchar nuestra propuesta proactiva que hicimos desde la Cátedra del Agua UNR. Así colocaron los primeros bebederos, luego de una gran ausencia de los mismos. Actualmente hay 100 bebederos colocados. Luego, en el lapso de tres años, presenté ante el espacio académico antes mencionado, el Derecho de Jarras en bares y restaurantes, instrumento sociológico y jurídico. El Derecho de Jarras generado por mí lo gestionó con mucho compromiso ambiental y convicción, la concejala María Eugenia Schmuck y se logró que sea aprobada la ordenanza de este derecho humano del agua. Luego, con este antecedente, se abrió el camino para el Derecho de Jarras para lugares bailables, deportivos, y públicos y privados con atención de gente, gestionado parlamentariamente por Schmuck y Chale. Ya con esta sumatoria de precedentes, el Derecho de Jarras también se planteó en grandes supermercados mayores a 1.200 metros cuadrados para los consumidores. Planteo tomado en su momento por el concejal Aldo Pedro Poy. Son tres normas jurídicas que traen bienestar en la gente en situación de urbanidad en distintas funciones. Lograr procesos de desmercantilización necesaria en la vida cotidiana era y es uno de los ejes de este derecho. Todo ello bajo la influencia del Ágora de los Habitantes de la Tierra que se constituyó en el convento del Bien Común en Verona y entre sus conclusiones está la de desmercantilizar el bien común agua, entre otros bienes comunes, y construirnos en habitantes de la Tierra con la Carta de Identidad Mundial (CIM) hacia la justicia social y ambiental. Ello es fundante de una cultura del encuentro entre todas las personas.

Por eso es que considere necesario la expansión del Derecho de Jarras en las 365 localidades de la provincia de Santa Fe. Se presentó la investigación y trabajo científico en Santa Fe del Derecho de Jarras de Agua. Que fue gestionado con convicción y positividad por la diputada Marita Ayala. Así se logró entre todas y todos los miembros de la legislatura provincial que se sancionara el 28 de noviembre pasado la Ley del Derecho de Jarras, precedente inédito con estas características en Argentina y América Latina. Esta ley tiene un impacto saludable que directa e indirectamente abarca a las personas en las 365 localidades. Por fin, agua potable libre y gratuita en bares, restaurantes, en los tres poderes de la provincia tanto para trabajadores como personas en situación de trámite y promocionar el derecho de jarras en toda actividad privada que implique agrupamiento de personas.

Actualmente está en gestión del diputado nacional Agustín Rossi el planteo del Derecho de Jarras en todas las escuelas del país, ya que sólo el 6 por ciento tiene bebederos de agua potable. Nuestro compromiso ético es, porque creo en la universidad Pública al servicio de la comunidad, que las niñas y niños tengan la libertad de acceder a agua potable gratuita. La gobernanza hídrica en las políticas públicas que se logró en la provincia de Santa Fe y en Rosario es todo un avance del diálogo diverso con distintos actores. Diversidad, comunidad y efectividad regulan la gobernanza hídrica con justicia social y ambiental. La Comisión del Derecho de Jarras que constituimos se basa en comulgar en los problemas diarios de la gente en la urbanidad del agua. Así funciona generando gobernanza hídrica donde intervienen la Arzobispado de Rosario de la Iglesia Católica, el Club Rosario Central, Parroquias Católicas, Iglesia Metodista, escuelas, miembros de la religión musulmana, funcionarios, Asamblea por los Derechos Sociales, vecinales, sindicatos y distintos actores. institucionales y personales de la sociedad en la búsqueda del bien común.

 

Esta idea que elaboré, investigué y trabajé, el del Derecho de Jarras, no hubiera cuajado, sino hubiera habido buena predisposición, generosidad y capacidad de escuchar al otro de parte de concejales y legisladores provinciales. Creo que una pequeña enseñanza nos va dejando: la posibilidad de construir en gobernanza hídrica. Plantear propuestas al Estado, ya no desde la binariedad nosotros y ellos, ya no nosotros y la otredad. Sino desde la Notredad, todos/todas en diversidad, igualdad con justicia social y ambiental. Y que estas ideas a compartir sean ecológicamente sustentables. Si bien la democracia es representativa y delegativa, ello no obsta lograr la vincularización del Estado con la sociedad a la que tiene que servir y rendir cuentas. 

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Director de la Cátedra del Agua UNR. Director del Centro Interdisciplinario del

Agua UNR. Cientista Social y Jurista. Magíster en Ambiente y Desarrollo Sustentable.

 

Especialista en Ambiente y Desarrollo Sustentable