“La decisión es retener tareas. La razón es que no se canceló la deuda con los futbolistas, que data desde hace 4 o 5 meses y que venimos reclamando desde el 3 de enero”, sostuvo anoche Sergio Marchi, secretario general de Futbolistas Argentinos Agremiados (FAA). “Cuando uno tiene que tomar medidas hay debates. Es que nos dimos los jugadores fue un debate importante, enriquecedor. Nunca se puso en duda la medida, que fue decidida por unanimidad”, agregó el dirigente gremial tras la reunión de casi dos horas que sostuvieron en la sede de su sindicato los capitanes y referentes de clubes de todas las categorías. 

El suspenso que mantuvo en vilo a la dirigencia del fútbol y al Gobierno se cortó cerca de las 22 horas cuando los jugadores que participaron de la asamblea gremial comenzaron a retirarse sin hacer declaraciones. Apenas hubo algunas insinuaciones, como la del capitán del Vélez, Fabián Cubero, que negó con la cabeza ante la pregunta de los periodistas apostados en la puerta de FAA. Así, como en la máxima sartreana que reza: “todo silencio es una voz”, los futbolistas adelantaban lo que luego confirmó el dirigente gremial.  

Fue el propio Marchi el que, casi veinte minutos más tarde, ratificó la medida de fuerza. “Hemos decidido retener tareas hasta tanto se cancelen las deudas con los jugadores. Se lo hemos hecho saber a la AFA y esperamos que venga una propuesta”, apuntó el sindicalista, antes de disparar contra la dirigencia de los clubes: “La AFA se tendría que ocupar de controlar a los clubes para que esto no ocurra. A veces favorece a los clubes deudores dándoles instrumentos para que se sigan endeudando”. Luego insistió con la legitimidad de la medida de fuerza. “Es una decisión importante, trascendente y justa. Nuestro reclamo es justo. No estamos pidiendo 40 por ciento de aumento salarial. Estamos pidiendo que se acrediten los pagos a los jugadores”.

Marchi adelantó que hoy la dirigencia del gremio de futbolistas se presentará a la reunión propuesta por el ministerio de Trabajo, que dictó la conciliación obligatoria. “El ministerio debe garantizar los salarios de los futbolistas y no puede consentir semejante desfase”, adelantó su postura. También se refirió a las presiones por parte de la dirigencia que los futbolistas denunciaron en el cónclave. “Hubo algunos directivos que presionaron muchísimo a los futbolistas. Esa energía deberían usarla para castigar a los morosos y a los que no cumplen los contratos”, sentenció Marchi.

FAA consideró insuficiente la ingeniería financiera que la dirigencia le presentó al gremio para comenzar a liquidar las deudas. Los clubes se habían puesto de acuerdo en repartir los 350 millones de pesos que el Gobierno les giró –en concepto de cancelación del contrato por el programa Fútbol para Todos– en partes iguales y no con el sistema de reparto habitual, que favorece a los clubes grandes. La idea era que de esa manera los clubes con mayores problemas pudieran cancelar sus deudas. 

Tampoco aceptaron la imposición de la cartera de Trabajo, que en las horas previas a la asamblea dictó la conciliación obligatoria e intimó al sindicato a “suspender la huelga” y abrir “negociaciones” con los clubes durante un plazo de 15 días. A la vez, instó a la AFA y a los clubes a “otorgar tareas de modo normal y habitual a todo su personal” y “abstenerse de tomar represalias de ningún tipo” con los jugadores.

La intervención de Trabajo pareció más bien una respuesta rápida al fracaso de la reunión que al mediodía había mantenido Marchi con Daniel Angelici, Claudio Tapia, Hugo Moyano y Víctor Blanco. Al finalizar ese encuentro en la sede del Sindicato de Camioneros, Marchi adelantó lo que finalmente ratificó por la noche: “Está todo igual”. El dirigente gremial, además, criticó: “Primero nos presionaron con que iban a pedir la conciliación obligatoria” y después “con que iban a quitar los puntos o a jugar con los juveniles”. Esto último, aseguró Marchi, “sería reaccionario y un retroceso, algo del pasado”. Hoy se verá cómo sigue el conflicto.