“El Estado opresor es un macho violador”. La consigna recorrió las calles del microcentro porteño, cuando una multitud integrada por mujeres de colectivos feministas salieron a repudiar la violencia de género y a reclamar la sanción del aborto legal, seguro y gratuito. La iniciativa fue un acto de homenaje a las feministas chilenas del colectivo La Tesis, porque las argentinas recrearon la canción que viralizaron por las redes las mujeres del país vecino. De todos modos, introdujeron varias modificaciones y agregados en la letra para adaptarla a la realidad argentina. La demostración comenzó frente al Palacio de Tribunales, tras ser anunciada y convocada a través de las redes sociales.

Luego se convirtió en marcha con paradas en el Obelisco, cerca de la sede del Gobierno porteño y en la Plaza de Mayo, con la mirada puesta en la Catedral Metropolitana. Allí se escucharon viejas consignas como: “Iglesia y Estado, asuntos separados”, “Quiten sus rosarios de nuestros ovarios” y el más duro de todos “Iglesia, basura, vos sos la dictadura”.

Eva Verde y Mariana Valentini, del Colectivo Fin de Un Mundo, uno de los espacios que convocaron a la demostración, explicaron a Página/12 que tuvieron dos ensayos para coordinar los coros y el baile. A la primera convocatoria concurrieron más de ciento cincuenta mujeres y a la segunda, en el Parque Centenario, fueron más de 450. En el acto realizado por el microcentro porteño, esa cifra fue superada largamente, porque eran miles.

Fin de Un Mundo, un colectivo creado hace seis años, se define como “artístico y político”. Tiene gran repercusión su presencia, siempre multitudinaria, en las marchas por el Día de la Mujer, el 8 de marzo, los 24 de marzo sale en caravana a repudiar el golpe de Estado de 1976 y está siempre presente en los Encuentros de Mujeres que se realizan año a año. “Junto con otros colectivos feministas nos reunimos para hacer esta acción colectiva, tomando el ejemplo y también en homenaje a nuestras hermanas de Chile”.

Además de la canción, dos de los cánticos más escuchados fueron: “Fuera, fuera, fuera Piñera fuera” y “Que muera Piñera, no mi compañera”, en obvia dedicatoria al presidente chileno Sebastián Piñera. También se escucharon expresiones en favor del pueblo boliviano y en repudio al golpe de Estado que obligó a la renuncia de Evo Morales.

“Nosotras hacemos música y radio abierta en la calle, en las manifestaciones, y quisimos replicar acá lo que hicieron las feministas de Chile”, explicaron las militantes de Fin de Un Mundo. Uno de los temas incorporados a la canción original fue el reclamo por la sanción del aborto legal. Respecto de las expectativas que tienen ante la inminente asunción del gobierno encabezado por Alberto Fernández, señalaron que ellas esperan “que se sancione la ley que garantice la realización del aborto en forma legal, segura y gratuita en el hospital y en cualquier lugar. Lo esperamos porque es un reclamo histórico que no tiene que ver con un gobierno o con otro. Es un reclamo histórico, como es histórica la lucha feminista”. Aclararon que, el cambio de gobierno, “no significa que todavía haya dinosaurios que se oponen a un tema que ya debería haberse cerrado con una sanción favorable durante la gestión del gobierno actual”.

A las cuatro de la tarde, las asistentes tuvieron una reunión previa en la esquina de Córdoba y Libertad, en la plaza que está ubicada en diagonal a la fachada del Teatro Nacional Cervantes, Luego, en forma rápida, casi corriendo, tomaron posición sobre la calle Talcahuano al 500, frente al Palacio de los Tribunales. Todas se ubicaron de espaldas contra las vallas que separan la calle de la plaza y se pararon de frente, como mirando a la cara a los encargados de administrar justicia.

Ya ubicadas en forma simbólica ante el Poder Judicial, denunciaron a los jueces “que nos condenan por nacer” y que “protegen a los asesinos” en los delitos graves como femicidios, violaciones y trata de personas.

Además de agregar un párrafo de reclamo por el aborto legal, incorporaron la denuncia “a la yuta (policía/” por su complicidad con la trata de personas, delito al que compararon a la desaparición de personas y a la tortura. Las críticas alcanzaron también al “Estado y al Presidente”, como parte responsable, para culminar diciendo que “el Estado opresor es un macho violador”.

Uno de los estribillos más señalados fue coincidente con el mensaje de las feministas chilenas: “Y la culpa no es la mía, ni dónde estaba, ni cómo vestía. El violador sos vos, el violador sos vos”, repitieron una y otra vez, mientras cientos de dedos acusadores señalaban en forma simbólica a los machos violentos, a los femicidas, al patriarcado que los ampara.

Otro de los puntos cuestionados fue el de la justicia, sin rango de género sino en general, incluyendo a las juezas “que de los pobres se olvidó” consolidando una justicia clasista, para ricos.

La segunda parada fue en la Plaza de la República, donde repitieron la canción y el baile, primero de espaldas y luego de cara al Obelisco. Luego pararon en Diagonal Norte, cuando se cruza con Rivadavia, cerca de la sede del Gobierno de la Ciudad. La ñultima parada fue en la Plaza de Mayo. Esta vez eligieron dirigir el mensaje a la Iglesia, paradas frente a la Catedral Metropolitana. Mucha gente, sorprendida por la falta de anuncio del acto a través de los grandes medios de comunicación, se fueron sumando a las manifestantes. “Mujer, que escuchas, únete a la lucha”, fue la consigna, que reactualiza viejos cánticos políticos.

El acto se cerró cuando el sol se estaba ocultando detrás del Cabildo de Buenos Aires. Tal vez por la cercanía del cambio de gobierno, no hubo un intento de acercamiento a la Casa Rosada, ya virtualmente abandonada por el macrismo. Mientras miraba la escena de la caída de la tarde, una joven gritó con todas sus fuerzas: “Ya va a volver a salir (el sol) y será para nosotras”.