La canciller alemana, Angela Merkel, recordó este viernes a las víctimas del nazismo en el antiguo campo de concentración de Auschwitz, en Polonia, y mantuvo un minuto de silencio ante el llamado Muro Negro, donde fueron asesinados miles de prisioneros. La jefa del Gobierno alemán también recorrió una cámara de gas y un crematorio acompañada por el primer ministro de Polonia, Mateusz Morawiecki, y el presidente de la Fundación Auschwitz-Birkenau, Piotr Cywinski.

Durante la visita, la mandataria confesó sentirse "profundamente avergonzada por los atroces crímenes que cometieron los alemanes", que "van más allá de todos los límites imaginables". "El silencio no debe ser nuestra respuesta, debemos recordar estos crímenes", aseguró Merkel durante un breve discurso en el que señaló que la historia tiene que ser contada, "una y otra vez". La canciller también afirmó que "no toleramos el antisemitismo" ya que amenaza actualmente la "vida judía en Alemania y en Europa".

Esta es la primera vez que Merkel visita Auschwitz. Su presencia coincide con el décimo aniversario de la Fundación Auschwitz-Birkenau, que se dedica a preservar el sitio conmemorativo en el terreno del antiguo campo. Antes que la actual mandataria, los ex cancilleres alemanes Helmut Schmidt y Helmut Kohl estuvieron en el lugar.

El campo de concentración y exterminio nazi de Auschwitz-Birkenau en la Polonia entonces ocupada por los nazis es considerado en todo el mundo un símbolo del Holocausto. Se estima que allí fueron asesinadas más de un millón de personas, la mayoría judíos.

La diplomacia polaca desarrolló durante años esfuerzos por que se cambie el nombre del campo de concentración, preocupada por la denominación habitual de "campos de la muerte polacos". Finalmente, en 2007, la UNESCO estableció que el nombre oficial sería "Auschwitz-Birkenau. Campo de concentración y exterminio nazi (1940-1945)". La iniciativa buscaba que el discurso público tome conciencia de que la exterminación de judíos, gitanos y opositores en esos campos se realizó bajo la responsabilidad de los ocupantes de la Alemania Nazi durante la Segunda Guerra Mundial.