Un policía de 26 años fue imputado por encerrar, abusar, golpear y amenazar a su ex pareja, de la misma edad. En una audiencia del domingo, la Justicia ordenó 90 días de prisión preventiva para el agente. Se trata de un uniformado de la División Motorizada que el 4 de diciembre pasado fue a la casa de la joven y no la dejó salir por varias horas, hasta que la víctima tuvo una hemorragia -tras el abuso- y debió trasladarla para que recibiera atención médica. Poco después quedó detenido.

La relación tenía apenas tres meses y en las últimas semanas ella había decidido cortar el vínculo con Carlos B., a quien conoció por una amiga. El testimonio de la mujer y de testigos habla de un accionar "muy violento" del acusado a lo largo de la relación, que tuvo un episodio extremo el 4 de diciembre, cuando B. se presentó en la casa de la mujer, quien estaba con un amigo. Al llegar, le hizo cuestionamientos con respecto a si estaba con otra persona. Cuando el amigo se fue, al ver esa situación, el acusado se metió en la casa con ella y cerró la puerta con llave. Si bien en la vivienda había otra llave al alcance, él controlaba todos los movimientos de la muchacha para evitar que saliera.

En la casa estaba la hija pequeña de la mujer, durmiendo. En determinado momento, el acusado le dijo a la víctima que se bajara los pantalones, que quería ver si había estado con alguien y abusó de ella. El hecho de violencia incluyó que cargara su arma reglamentaria y la amenazara de muerte. También le dio golpes de puño que la dejaron tendida en el piso y ahí comenzó a darle patadas. Cuando la joven empezó a sangrar le dijo que la llevaría al médico para que le hicieran estudios y que le confirmen si había estado con alguien en el tiempo que llevaban separados. La subió a su auto y la llevó al sanatorio Laprida, donde el personal la vio golpeada y no permitió que B. ingresara. Tras ello, la víctima hizo la denuncia y se ordenó la detención del acusado.  

La fiscal Luciana Vallarella, de la Oficina de Violencia de Género del Ministerio Público de la Acusación, le imputó en audiencia los delitos de "privación ilegítima de la libertad agravada, amenazas, abuso sexual con acceso carnal y lesiones leves dolosas agravadas por la relación preexistente y el contexto de violencia de género"; por lo que la jueza Valeria Pedrana ordenó la prisión preventiva.

Cuando pidió la medida cautelar, Vallarella habló de los antecedentes de violencia de género del acusado sobre la víctima. Según consta en el legajo, la relación funcionó durante el primer mes, pero cuando comenzaron las agresiones, la joven temía realizar la denuncia porque el acusado la tenía amenazada de muerte. Los hechos consistían en golpes que dejaban marcas en la víctima. Al acusado le molestaba, incluso, que viera a integrantes de su familia.