“El diagnóstico es que el sector está desfinanciado y con una proyección de colapso”, asegura Jorge Piva, director general de Medifé y vicepresidente de la Unión Argentina de Entidades de Salud (UAS). La cuota de la medicina prepaga se volvió un lujo en el actual contexto de crisis y fue uno de los sectores regulados que lograron ganarle a la inflación. Piva explica que para evitar el traslado de los costos a la cuota es necesario una reforma del del sistema de Salud, para lo cual reclama las mismas exenciones que tienen otros sectores, como Educación, Energía o Transporte. "Esto no es viable hacia adelante”, sostiene Piva. El empresario analiza los problemas de fondo del sector, los cambios en los últimos años y los desafíos para los próximos. 

¿Cómo evalúa la situación del sector?

- La situación está peor que hace cuatro años porque los problemas de fondo son los mismos,  pero con el paso del tiempo y sin haber tomado ni una medida para reformar el sistema. 

¿La caída en el empleo y el poder adquisitivo les afectó sus ingresos?

- Los problemas de fondo del sistema de salud no tienen que ver con la crisis del mundo del trabajo. Si bien se dan de una manera amplificada, los mismos problemas en el sistema de salud de la Argentina lo tienen países que tienen casi pleno empleo. Esta es una situación vinculada al ingreso de tecnología de altísimo costo y a la prolongación de la vida de la gente que está cubierta por la seguridad social.

¿Qué lo hizo empeorar entonces?

- El sistema de salud creció mucho, tanto en obras sociales como en prepagas, articulándose entre sí en un momento de mucha expansión del empleo, que fue durante la época de Cristina Fernández de Kicrchner y Néstor Kirchner. Eso sucedió hasta 2009, cuando se crecía a tasas chinas. Después hubo medidas activas del gobierno que evitó la destrucción de empleo cuando hubo crisis en 2009. Y llegamos hasta el 2017 sin crear empleo, pero sin destruirlo. A principios de 2018 con la crisis del sector externo empezó una situación de destrucción del empleo y además una multiplicación de los costos dolarizados en el sector, que representa el 40 del total de costos. Se arma entonces la tormenta perfecta.

Entonces es un problema también de empleo. ¿Y en comparación regional cómo está la situación?

- Estamos mal porque Argentina tampoco se ha anticipado a los hechos. Lee mal las cosas en el mundo. A diferencia de Uruguay, Perú, México, Colombia, Brasil o Chile, Argentina no tiene una pieza clave: las agencias de evaluación de tecnología médica. Casi todos los países hicieron algo para pensar cómo se financian nuevas prestaciones. En Argentina, nada. Entonces todo se concentra en la evolución de la cuota.

¿Por eso la cuota aumentó 330 por ciento en cuatro años? 

- Tendríamos que ir a una reforma estructural. Estamos presentando un paquete de ideas. Lo hicimos parcialmente al gobierno saliente, y lo vamos hacer con el entrante de un modo prolijo y detallado. No solo al Poder Ejecutivo sino también a las diferentes bancadas en el Congreso. Queremos un paquete integral para que las cuotas no sigan subiendo e incluso puedan bajar un poco. Y que exista una relación virtuosa con los aumentos de salarios.

¿En qué consiste la propuesta?

- Lo primero para hacer en el corto plazo es homologar el sistema de prepagas a otras industrias subidiadas, como transporte o energía, educación privada. Además que se constituya un fondo para enfermedades catastróficas, que incluya la financiación de patologías crónicas.

¿ Por ejemplo?

- Que nos permitan utilizar los saldos favorables de IVA en las aseguradoras de salud, en hospitales y en sanatorios para pagar otros impuestos. Estamos pidiendo que se elimine el impuesto al cheque, que nos impacta muy fuertemente, y que se elimine Ingresos Brutos. Que se actualice la base imponible de Ganancias que permite desgravar del impuesto el pago de la cuota de medicina prepaga. 

¿Con el déficit fiscal que deja el gobierno de Macri parece dificil que haya este tipo de exenciones.

- Hay que analizar cómo conseguir el dinero de otras fuentes. Hoy se cobra poco de retenciones y existe mucha evasión en impuestos importantes. 

¿Las reformas tributarias de estos cuatro años no ayudaron?

- La única medida desde el punto de vista tributario que alcanzó a los sanatorios fue que se elevó el piso de Ganancias del personal empleado. Esto liberó algo de presión en la estructura de costos de los hospitales. Para el resto no hubo ninguna medida impositiva. De hecho, en 2017, el entonces ministro de Producción bonaerense Hernán Lacunza elevó del 3 al 5 por ciento el impuesto sobre el cien por ciento de los Ingresos Brutos. Es una barbaridad.

¿Perdieron afiliados en estos años?

- Sí. Es un goteo constante. Debemos haber perdido de 3 a 4 por ciento en 2018. Y en este año se está repitiendo la misma tendencia. Para el año que viene espero que las políticas del próximo gobierno detengan la destrucción de empleo. 

¿Qué opina de la propuesta de ofrecer prestaciones extra por parte de las prepagas?

- Es un tema que hoy no es relevante en la discusión del modelo. Esa idea de sacar un producto complementario al Plan Médico Obligatorio (PMO) la gente no la aceptó. Es un plan para complementar el servicio de las obras sociales; no para comprarlo como un plan que reemplace al que tiene la cobertura total. Es un plan que se usa en Europa, donde sí funciona bien la salud pública. Entonces se usa la salud pública para los tratamientos importantes (quirúrgicos o costosos) y se compra seguros complementarios de odontología. En la Argentina no va a funcionar. No hay ningún incentivo en que las empresas salgan a venderlo, porque en el plano jurídico está abierta la posibilidad de que te compren un seguro parcial y te reclamen la cobertura total.

¿Están evaluando planes low cost?

-No.