"La historia de Alicia no es de maravillas" es el título de la fotonovela que en su tapa muestra a un chico y una chica, en una situación romántica (ella con flores en la mano, él la mira). "Una realidad dura y lejos de la fantasía", se lee en el ángulo inferior derecho de la tapa a todo color. Realizada en el marco del programa Nueva Oportunidad, con el apoyo de AC Miradas, la fotonovela se presentó en un bar rebosante de gente. "Me encantó la idea, hacer algo que se pudiera ver y que podría dar una idea de lo que es la violencia de género y lo que está sucediendo en la sociedad. Me re gustó, porque en lo personal, familiarmente me ha pasado con mi madre y conmigo, entonces fue algo muy bueno para mí", cuenta Mariana, de 18 años, sobre la experiencia que comandó el coordinador del taller de fotografía, Héctor Río.
"Sabía lo que era una fotonovela, pero nunca había participado en una. Me sumé al taller por un amigo del barrio que dijo que había un curso que era gratis, al principio era como que no lo creíamos porque un curso de fotografía vale bastante caro, y cuando fuimos a averiguar era cierto", cuenta Ariel, otro de los integrantes del taller.
La fotonovela cuenta la historia de Alicia, 30 años, sumida en un círculo de violencia con su pareja, Carlos Alberto. Los gritos de él, la vergüenza de ella frente a sus amigas, las complicidades familiares, y la ayuda sorora que recibe Alicia se muestran en viñetas con fotos y textos elaborados por quienes participaron del taller. "Lo primero que hablamos fue las fotos, y después hicimos una secuencia, qué es lo que puede decir cada foto, lo que te puede generar que esa persona la está pasando mal de alguna forma, que está siendo víctima de esa violencia, y ahí empezaron entre todos a tirar ideas y se fueron armando esos diálogos", contó Mariana la experiencia y subrayó que pese a lo duro de la temática, la pasaron bien. "Me divertí mucho, aprendí, me gustaba mucho estar haciendo algo así importante. Fui una de las primeras en apoyar que trabajemos sobre violencia de género, me gustó mucho la idea", agregó.
Ignacio, de 16 años, también fue parte de la experiencia. "La verdad que la idea fue del profesor Héctor. Nosotros solamente estábamos concentrados en sacar fotos, porque era a lo que vinimos. Y la idea de la fotonovela del profe nos gustó a todos, porque está bueno y además nos cagamos de risa", cuenta sobre los meses que transcurrieron aprendiendo a hacer fotos y pergeñando esta revista que hoy los enorgullece. Llegó casi sin creer que pudiera ser cierto. "Un amigo me dijo si me gustaba la fotografía que había un taller y yo no le creía, porque he buscado talleres de fotografía y eran lugares caros, pero esto gratis me gustó".
Para Ariel, la experiencia sumó también comprensión: "Todo el tiempo hay violencia de género en el barrio también, se ve bastante, también la violencia verbal, cuando uno degrada a la mujer, puede ser también psicológicamente, no siempre es con golpes, y nada… Fue una idea poder unirnos a la causa haciendo fotonovela". En la página final, junto a las fotos de cada une de les integrantes del taller, hay una consigna sobre los distintos aspectos de la violencia machista. "Si atravesás alguna de estas situaciones podés comunicarte todos los días del año, durante las 24 horas, con el Teléfono Verde (0800 444 0420), dice una de las fotos y la última recuerda "Si te pasa a vos, nos pasa a todas".
Héctor Río es un fotógrafo reconocido de la ciudad, que dudó cuando Fabián Peralta -de AC Miradas- le propuso hacer un curso de fotografía básica. "Les propuse hacer un taller pero además mostrar cosas y pensar en cosas para abrirles la cabeza a los chicos y que pudieran ampliar la mirada, trabajamos con un curso básico, fuimos viendo autores de fotografía, fuimos a ver la película, fuimos a ver la muestra Revolucionistas, eso fue trayendo mucho debate, muchos chicos que no estaban a favor del aborto, fuimos a la muestra de Argra, hicimos salidas al Cementerio El Salvador, y empezamos a pensar en el trabajo de fin de año, y justo vimos un documental sobre violencia de género. Propuse para hacer algo entretenido, para que podamos jugar", contó sobre el proceso que contó con la asistencia de la psicóloga María Belén Trejo y la licenciada en trabajo social Mariana Margherit. El tercer tiempo -el espacio en que les integrantes hablan de derechos- fue coordinada por la licenciada en trabajo social Paula Etchart. El diseño de la revista estuvo a cargo de Jorgelina Cerrutti. Participaron del taller Ariel Pafumi, Candela Petry, Estefanía Fernández, Eugenia Princich, Evelyn Rolón, Ignacio López, Jezabel Fernández, Laura Catalano, Luciano Romero, Mariana Muñoz, María Emilia Orellana y Renzo Ruiz Díaz.
Río rescata la riqueza del juego que pudieron jugar. "Empezamos a pensar una historia, y la verdad que fue impresionante, porque muchos chicos que no habían tenido mucho contacto con la cámara, que se resistían bastante, como Renzo, el protagonista, que hace de Carlos Alberto, se recontra copó y le puso la mejor onda a su papel de actor. Los nombres también fueron saliendo. Fueron surgiendo las ideas entre todos, y Fernanda Blasco me ayudó con el guión. Por ahí armábamos una foto y después los diálogos y estuvo buenísimo", siguió su relato.
La fiesta de presentación de la fotonovela fue pura emoción, y compartió otros festejos, todos con el eje en la Asociación Civil Miradas. "Son tres actos en uno, el primero es el brindis de fin de año de Miradas, que trabaja el tema políticas de drogas en general y que este año focalizamos muchísimo, casi exclusivamente, en el tema de cannabis medicinal, una temática que está muchísimo en los medios, pero desde el poder está bastante ninguneada o maquillada", apuntó Fabián Peralta, de Miradas. "El otro motivo es el cierre de los tres Nueva Oportunidad que hacemos desde Miradas, uno de fotografía, uno de manicuría y otro de peluquería. En los tres trabajamos mucho dos temas, violencia de género y la problemática de los consumos", siguió y luego, contó que el tercer motivo de festejo era, justamente, la presentación de la fotonovela. "Nos llena de orgullo porque nos parece increíble que se pueda bajar un mensaje tan categórico desde el arte", consideró.