Tengo el privilegio de haber vivido la historia de nuestra argentina de los años 73 y 74, años vividos con mucha pasión como colaborador del Ministro José Ber Gelbard pero, fundamentalmente, como ciudadano compartiendo con millones de compatriotas la alegría de ser participe en la construcción de un país equitativo, inclusivo de toda la sociedad, respetuoso, solidario y soberano.

Esos años fueron los más lindos de mi vida. Éramos participes de la enorme satisfacción de haber logrado los valores más bajos de desempleo (3%) y pobreza (4%), la mayor participación del asalariado en el producto bruto y condiciones y medidas gubernamentales que condujeron a miles de Pymes a producir más y mejor. Y a exportar, a sustituir importaciones y a generar un clima de optimismo y alegría que siempre lo recordé como el mejor momento de la historia argentina.

Desde 1975 hasta hoy, con 94 años de edad, bregué con mis posibilidades para que volvamos a repetir esa hazaña con la esperanza de detener e invertir un proceso de decadencia y pobreza que afectaba profundamente a la sociedad argentina, a pesar de los esfuerzos de algunos gobiernos democráticos que fracasaron en este intento.

Hoy me siento tremendamente entusiasmado. Con un gran convencimiento de que el proyecto llevado adelante por nuestro Presidente actual tiene la esencia y los valores ideológicos y éticos del período al que hago referencia. Me siento emocionado de poder ser partícipe otra vez de esta nueva gesta histórica que terminará con la decadencia y la pobreza, generando el bienestar para todos.

No puedo menos que desearles a todos mis compatriotas que no pierdan esta oportunidad de acompañar a un gobierno que nos abraza a todos. Respondamos al llamado del Presidente con toda honestidad y generosidad. Estoy seguro que contribuimos así a un anhelo de toda la sociedad argentina, y al hacerlo así seremos millones los que sentiremos la satisfacción de haberle dado un profundo sentido a nuestra vida deponiendo intereses personales, sectoriales, ideologías y creencias en función de un objetivo superador.

Si tuviera la posibilidad de pedirle algo al Sr. Presidente, le solicitaría que nos convoque a todos los argentinos a acompañarlo en esta nueva gesta patriótica para acabar con la decadencia construyendo el bienestar para todos.

Tengo la convicción y el entusiasmo de sentir que la mayoría de los argentinos responderemos con entusiasmo a su convocatoria.