Todo lugar de trabajo tiene códigos que se cristalizan a lo largo de los años y muchas veces sorprenden al que recién entra. Cuando llevaba unos días en el PAMI, Luana Volnovich, que el primer día fue a saludar a los trabajadores de cada área, empezó a notar algo raro: cuando ella subía o bajaba del ascensor, los empleados que estaban esperando ascender o descender la dejaban sola. Los primeros días estudió el fenómeno. Y cuando vio que ocurría siempre y no había sido una casualidad o un error de su percepción, les preguntó a los empleados por qué no subían con ella.

La respuesta que recibió en que durante los cuatro años anteriores, se veía con buenos ojos que dejaran que el titular del PAMI viajara solo hasta su oficina. Ella les dijo que esa costumbre no corría más y que podían subir todos juntos sin problemas. En estos días, Volnovich, que se queda hasta las 23 trabajando en la sede de Corrientes 665, está teniendo reuniones con los prestadores de prótesis por el tema de la demora en la entrega y esta semana firmó una resolución para hacer una revisión de las cuentas corrientes. A un mes de haber asumido, tiene la impresión de que la obra social más grande de Latinoamérica se organiza como un almacén. Y su intención es que después de su gestión, se convierta en la mejor de Latinoamérica.