La mayoría de los cargos de alta jerarquía en la Justicia Federal de Rosario son ejercidos por varones. Frente a ese dato "alarmante", desde la Comisión de Género y Disidencias del Sindicato de Trabajadores Judiciales (Sitraju) de la regional 8, plantearon la necesidad de "un debate urgente" en los diferentes espacios de trabajo y resaltaron  la importancia de la llegada de la Ley Micaela –para la capacitación obligatoria de todos los operadores y agentes del Estado–, que está en marcha. "El Poder Judicial es el más patriarcal de todos los poderes del Estado, donde aparece la violencia machista y sobre todo patriarcal, por la jerarquía. Hay muchas cosas que son moneda corriente", expresaron.

Según un relevamiento que dieron a conocer tras una instancia de taller realizada en diciembre pasado titulado "¿Hablamos de Violencias?", en la Justicia Federal de la ciudad hay cuatro juzgados de instrucción y una sola jueza; tres defensorías generales y una sola defensora; tres Tribunales Orales Federales y una sola magistrada; tres fiscalías de instrucción y una sola fiscal; cuatro fiscalías generales ocupadas en su totalidad por varones; la Cámara Federal de Apelaciones de Rosario está integrada por cuatro vocales titulares y una sola magistrada.

El 16 de diciembre la Comisión de Géneros y Disidencias de Sitraju se reunió para poner en común las situaciones de violencia que detectan en los espacios de trabajo. "Planteamos las diversas circunstancias en las que nos vemos inmersos debido al propio sistema judicial de índole jerárquico, machista y patriarcal en donde desarrollamos nuestra labor cotidiana. La mayoría de les asistentes (al taller) relató haber sufrido alguna situación por la que se sintió violentade o percibió violencias ejercidas sobre sus compañeres", expresaron en un comunicado.

En diálogo con Rosario/12, integrantes de la mencionada comisión hablaron de los debates pendientes y de los desafíos que tienen por delante. "Nos empezamos a reunir después del Encuentro Nacional de Mujeres de Rosario, en 2016. Conocimos a chicas de otras regionales de Sitraju y empezamos a ver cómo articular y qué teníamos por hacer. Después vino toda la marea feminista y empezamos a tomar consignas y hacer, dentro de la estructura del Poder Judicial, actividades relacionadas a la problemática de género. Trabajamos más que nada las situaciones de violencia, en el marco del compromiso con la Ley Micaela. Fue de a poco, vamos haciendo reuniones, con esto de que a muches de les participantes del encuentro nos había pasado de vivir alguna situación", dijo Eliana Masegosa, una de las trabajadoras que forma parte de la comisión.  

Pamela Álvarez, otra de les integrantes, sumó que Sitraju es un sindicato joven, cuyo secretario general es Agustín Bruera. Por lo tanto la conformación de la comisión también lo es, por lo que aseguró que "hay mucho trabajo" por hacer, y apuntó a que el Judicial es "el más patriarcal de los poderes del Estado", por lo que "es un desafío enorme" el que tienen por delante. 

Masegosa agregó que "es difícil denunciar una situación de violencia en una relación que es completamente vertical por el mismo escalafón. Hay situaciones de destrato que se aceptan por las mismas estructuras de trabajo, porque una recién empieza o por otras cuestiones", que muchas veces tienen que ver con la naturalización. "La idea era que podamos expresarnos y nos dimos cuenta de que cada une había vivido situaciones concretas". A nivel nacional, Sitraju elaboró un protocolo para el tratamiento de la problemática de género. 

Alvarez destacó que "el Poder Judicial, después del retorno de la democracia fue el que más lentamente se fue renovando y al no estar atravesado por el voto popular y la conmoción social, nunca (sus integrantes) están atravesados por la ola feminista, por las nuevas generaciones, entonces confrontarnos con eso es muy difícil y más siendo trabajadoras. Más que nada porque los jueces, fiscales o secretarios son en su gran mayoría hombres y eso se renueva muy lentamente", dijo.

Jesús Ruiz, también integrante de la comisión de Géneros y Disidencias, recordó que "algo que quedó plasmado en una actividad con la Oficina de la Mujer de la Corte Nacional fue que en la cuestión de cargos el género significa mucho, es como que hay un techo más bajo", expresó. Miguel Carsetti, de la comisión directiva nacional del gremio, sumó que "para los ascensos se suele valorar que las mujeres pueden quedar embarazadas, o que tienen hijos, entre otras cuestiones patriarcales que no deberían tenerse en cuenta. Es algo que sucede a nivel nacional", aseguró. En ese sentido, Álvarez planteó que todavía "no llegó al Poder Judicial la discusión de los cupos", como sí sucedió en los otros poderes.

Eliana recordó que la gestión de Alejandra Gils Carbó, como Procuradora Nacional, "aplicó en el Ministerio Público Fiscal el sistema de ingreso democrático que abrió el camino a muchas personas que no venían de la estructura judicial, ni eran hijos de... sino que hubo que hacer una selección, exámenes y demás". Pamela agregó que con Gils Carbó, "a pesar de que la Justicia sigue siendo la más atrasada, hubo pequeños avances muy significativos. El lugar donde trabajamos con Jesús, Atajo (Agencia Territorial de Acceso a la Justicia), logró hacer más accesible la justicia. Fue una decisión política. También creó la red territorial de género. Fueron avances muy significativos, pero aún falta", dijo. En el Atajo, ubicado en barrio Las Flores -donde se encargan de articular con los organismos correspondientes-, sucedió un fenómeno que les sorprendió: desde que se sumaron mujeres a la atención a las víctimas hubo más denuncias de violencia de género. "Creemos que tiene que ver con la empatía", señalaron.