Si es cierto que se juega al fútbol como se vive, es una buena noticia que el presidente Alberto Fernández y su ministro de Economía, Martín Guzmán, estén tan obsesionados con ganar los partidos que ya empezaron a jugarse en la Quinta de Olivos. Los equipos que compiten son Casa Rosada versus Ministros y por ahora Casa Rosada, con Fernández al arco, ganó dos partidos y empató uno. Cerca del Presidente se jactan de “estar invictos”. Lo más interesante de la historia es que la incorporación de Guzmán, en el segundo partido, le agregó competitividad al equipo que enfrenta al del Presidente. Todos los que comparten cancha con él dicen que podría ser un jugador de fútbol profesional. En su debut le metió un “golazo” a Alberto Fernández, pero en el último encuentro, Fernández le atajó a Guzmán, según algunas fuentes, “tres goles hechos” y el ministro quedó obsesionado especialmente con uno de esos goles, que le parecía “imposible” que el Presidente haya atajado. Desde el viernes, día en el se juegan los partidos, ambos no dejan de reíse del tema: cuentan que Fernández cree que Guzmán es un tipo “maravilloso” y que está fascinado con ésta, su faceta futbolítistica hasta hace poco desconocida.

El Presidente y sus ministros trabajan mucho en un contexto difícil: la posibilidad de distenderse con un partido de fútbol cada viernes les viene bien para relajar, pero no pueden evitar seguir hablando de política ni siquiera en ese espacio.

Los equipos

  • Casa Rosada

Cada viernes en Olivos juegan Ministros versus Casa Rosada. Fernández es el arquero de Casa Rosada y completan la nómina el secretario general de presidencia, Julio Vitobello; el secretario de Asuntos Estratégicos, Gustavo Béliz; el abogado y asesor presidencial, Julián Leunda, y el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, a quien definen como “goleador y gran jugador”. Cuando está de turno con Fernández, se suma al partido el Edecán Naval de apellido Gómez. Los equipos se completan con secretarios y empleados jóvenes de los ministerios que, según contó una fuente a PáginaI12, “son los que le dan vida al partido”.

También juega en el equipo del Presidente Miguel Cuberos, subsecretario general de la Presidencia, pero durante el primer partido se fisuró algunas costillas y ahora funge de técnico del equipo.

  • Ministros

El equipo de Ministros lo integran el de Obras Públicas, Gabriel Katopodis; el de Transporte, Mario Meoni; el ministro de Economía, Martín Guzmán; el ministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible, Juan Cabandié; Fernando “Chino” Navarro, secretario de Relaciones Políticas y parlamentarias; el ministro del Interior, Eduardo “Wado” de Pedro, y la única mujer: nada menos que Maca Sánchez, titular del Instituto de la Juventud e integrante de la primera división de San Lorenzo.

El “duelo” Fernández-Guzmán

Lo más divertido de estos incipientes partidos es que desde el segundo, cuando se sumó el ministro de Economía, empezó una graciosa competencia entre él y el presidente Alberto Fernández. Y lo que hace que estos encuentros sean interesantes es que rompen la tradición alcahueta de la política argentina de dejar ganar al Presidente en cualquier deporte que se practique contra él. Pruebas al canto: el segundo partido, con la incorporación de Guzmán salió empatado: 4 a 4. El primero, Casa Rosada lo había ganado 5 a 3.

Resulta que en su debut, Guzmán sacó a relucir una faceta desconocida: que “juega como los dioses” y que es competitivo. Y le metió un “golazo” al Presidente. Los que juegan con él lo definen como un mediocampista “increíble” que podría estar en la primera de cualquier club. Y parece que en la cancha, naturalmente, se comporta más relajadamente que en sus apariciones públicas. Fernández está fascinado con él, sobre todo desde que le descubrió esta nueva faceta talentosa y competitiva en el fútbol. Se ríen mucho del asunto.

Pero el Presidente también es competitivo y se preparó bien para el último partido. El resultado fue cuatro a cero a favor del equipo de Fernández. Acá se dividen las aguas: Fernández sostiene que le atajó a Guzmán tres jugadas que eran de gol, y Guzmán reconoce una. Pero ésa lo tiene obsesionado.

Sobre todo porque todos lo cebaban con frases del estilo “qué pelotas te sacó Alberto” y chicanas por el estilo que no hacen otra cosa que alentar a Guzmán (a quien ya se conoce por su perfil académico, pero no deportivo) a que se prepare para el cuarto partido. Quiere la revancha, como todos los que se apasionan con el fútbol. Y en el intercambio de whatsapp entrambos desde el viernes respecto de lo que pasó no para de hablarse de esa atajada del Presidente que a Guzmán no le cierra por ningún lado.

Por ahora, a Guzmán le quedó cierto sabor amargo por el último resultado y una relación más cercana con el Presidente. Cerca de Fernández dicen que Guzmán es bueno, pero que tiene la mala suerte de haberse chocado “con un gran arquero”. Habrá más contiendas para las que Guzmán prometió prepararse mucho, incluso desde la alimentación.

Como sucede siempre en estos casos, el ministro de Economía es el que quiere reivindicarse. Escribió el gran Eduardo Galeano: “Y yo me quedo con esa melancolía irremediable que todos sentimos después del amor y al fin del partido”.