La reina de Inglaterra avaló “el deseo” de su nieto Harry, sexto en la línea de sucesión del trono, de “vivir una vida más independiente” y abandonar de manera gradual la corte inglesa. La decisión fue informada por la propia Isabel II en un comunicado emitido poco después de terminada la reunión cumbre de dos horas que ella, su hijo y próximo monarca, Charles, y sus nietos mayores, William y Harry, mantuvieron en el palacio de Sandringham para tener “una conversación muy constructiva” tras el anuncio sorpresivo que el hijo menor de Lady Di y su esposa, la actriz Meghan Markle, realizaron el miércoles de la semana pasada a través de redes sociales.

“Son asuntos complejos que mi familia tiene que resolver, y que necesitarán más trabajo, pero he pedido que se alcance una solución final en los próximos días” para que la pareja pueda cumplir con su plan de abandonar las tareas que le corresponde como duque y duquesa de Sussex y dedicarse, en cambio, a generar emprendimientos comerciales propios. Así lo afirmó la reina en un comunicado oficial que los especialistas en realeza británica definieron como atípico por la escasa formalidad y las recurrentes menciones a la “familia”.

Distintos medios ingleses señalaron que mientras que la esposa de William, Kate Middleton, no participó en absoluto del encuentro, sí lo hizo Markle, por teleconferencia, desde Canadá, donde se encuentra desde hace unos días con su hijo Archie, nieto menor de la reina.

“Harry y Meghan han dejado claro que no quieren depender de fondos públicos en sus nuevas vidas. Se ha acordado, por consiguiente, que habrá un periodo de transición en el que los Sussex pasarán tiempo en Canadá y el Reino Unido", indicó Isabel. El texto, dado a conocer por el área de comunicación de Buckingham, no se refiere a la pareja por sus títulos nobiliarios, lo que habilitó dudas acerca de si en el futuro seguirán siendo duque y duquesa de Sussex.

A diferencia de la semana pasada , cuando parte del partido laborista aventuró que el alejamiento de Harry podría abrir las puertas a un referendum sobre el futuro de la monarquía, el comunicado de la reina no fue comentado por dirigentes políticos. Preguntado por el tema, el Primer Ministro, Boris Johnson, se limitó a afirmar "no comento asuntos de la familia real". 

"Mi familia ha tenido hoy (por el lunes) una conversación muy constructiva sobre el futuro de mi nieto y su familia. Mi familia y yo apoyamos completamente el deseo de Enrique y Meghan de forjar una nueva vida como una joven familia. Aunque hubiéramos preferido que permanecieran como miembros activos a tiempo completo de la familia real, respetamos y entendemos su deseo de vivir una vida más independiente como familia mientras permanecen como una parte valiosa de mi familia”, se explayó la monarca, al confirmar que con su decisión comenzó un período inédito en la historia de la realeza inglesa. En 1936, el tío de Isabel, Edward VIII, abdicó al trono que ya ejercía pero en circunstancias y con consecuencias totalmente distintas, dado que lo hacía luego de un intento frustrado por casarse con la norteamericana Wallis Simpson, con quien compartía vínculos con Hitler y su entorno, y cuyo historial de dos divorcios desagradaba a la opinión pública británica.

Poco antes de la reunión, un comunicado firmado por William y Harry calificó de "historia falsa" la versión según la cual ellos están distanciados. Por su parte, la prensa sensacionalista británica insinuó que Harry y Markle podrían dar una entrevista a la presentadora norteamericana Oprah Winfrey, amiga cercana de la pareja. 

El anuncio acerca del “período de transición” siguió al encuentro realizado en la residencia de Sandringham, donde suelen pasan el invierno británico la reina y su marido, el príncipe Philip, de 98 años, quien días pasados fue avistado en el lugar conduciendo un carro tirado por caballos. Desde enero de 2019, cuando tuvo un accidente y terminó volcando su camioneta primero, y fue visto manejando sin cinturón de seguridad después, Philip no tiene permitido ponerse al volante de un auto.