"Lo que nos diferencia de ellos es que nosotras no tenemos odio, siempre hemos exigido justicia legal, nunca por mano propia", afirmó entre aplausos Taty Almeida, integrante de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, minutos antes de quitar el pañuelo blanco que cubría la placa conmemorativa de su hijo Alejandro, restituida en el Instituto Geográfico Nacional tras haber sido robada la semana pasada .

El hall de entrada del Instituto estaba lleno. La inesperada noticia de que el presidente Alberto Fernández también participaría del acto de restitución de la placa cambió el eje del encuentro y convirtió lo que iba a ser una pequeña ceremonia de homenaje al hijo desaparecido de Taty Almeida en un simbólico acto de gobierno. El Presidente no hizo declaraciones durante la actividad, pero luego difundió el homenaje a través de las redes sociales y afirmó: "La memoria no se puede robar ni destruir; siempre la mantendremos viva".

Además de Fernández, estuvieron presentes el ministro de Defensa, Agustín Rossi, el secretario de Derechos Humanos, Horacio Pietragalla Corti, el ex candidato a presidente chileno Marco Enríquez Ominami, así como numerosos referentes de organismos de derechos humanos, como Lita Boitano, Carmen Loréfice, Haydeé Gastelú y Eduardo Jozami.

"Esto es un acto reparatorio. Cuando sucedió el hecho vandálico me comuniqué con Taty directamente y acordamos realizar este acto porque no queríamos que la reposición de la placa fuese un hecho ordinario", comenzó hablando Rossi. "Y este acto no es un hecho ordinario no solo por la restitución física de la placa, sino por la manera en que representa los valores de Memoria, Verdad y Justicia que nosotros defendemos", dijo, a la vez que destacó que aquella era la primera vez que un Presidente de la Nación pisaba el Instituto Geográfico.

Como informó PáginaI12, la placa fue robada por un empleado del organismo que trabaja hace 30 años allí y que es hijo de militares --un civil hijo del general Miró, comentó Taty Almeida--. Se habría llevado la placa en un acto de bronca y, arrepentido, la devolvió al día siguiente. Al empleado se le abrió un sumario administrativo y se están analizando posibles sanciones, aunque la expulsión no es una de ellas. "En ningún momento desee que lo echasen, es su fuente de trabajo, y eso es lo que nos diferencia: nosotros no tenemos odio", aseguró Taty Almeida. "Pero sí le exijo a este individuo que le pida perdón a Alejandro y a los 30 mil, porque el agravio fue para todos."

"Este hecho fue producto de un gobierno que levantó las banderas del negacionismo", señaló Horacio Pietragalla. El secretario de Derechos Humanos, quien es hijo de desaparecidos, responsabilizó al gobierno de Mauricio Macri por haber reactivado discursos que aún niegan el terrorismo de Estado. "La placa la colocamos en el 2013 y, en siete años, nunca pasó nada. No es casual que ahora que los organismos de derechos humanos volvimos a ser política de Estado pasen estas cosas", coincidió Taty. En la misma línea, después del acto, Agustín Rossi comentó a PáginaI12, con ironía, que resultaba extraño que hubiera sucedido "ahora justo que volvimos".

"Como representante de Familiares de Desaparecidos y Detenidos por Razones Políticas siento una enorme satisfacción. Primero por lo que significó el desagravio a la memoria de Alejandro y de los 30 mil, pero también por lo que significa la presencia del presidente Alberto Fernández en este contexto. Es la mayor de las alegrías porque todos nos sentimos representados en este homenaje", comentó Lita Boitano, luego de que terminara el acto.

La mayoría de los participantes estaban muy emocionados, pero ninguno más que Taty, quien, unas horas después del homenaje, continuaba sorprendida por la cantidad de gente que había ido y la había llamado, como la vicepresidenta Cristina Fernández. "Ha sido una maravilla. Estupendo, conmovedor, reconfortante y alentador."

Muchas y muchos de los presentes en el acto destacaron, además, la importancia de la participación de Alberto Fernández. "Este fue un acto reparador. Y eso es lo que tiene que ser el eje central de cualquier política de Memoria, Verdad y Justicia. La presencia del Presidente de la Nación habla del compromiso enorme que este gobierno tiene con la reparación", dijo la ex legisladora del FpV y militante por los derechos humanos Gabriela Alegre. El flamante director de Derechos Humanos del Ministerio de Defensa, Eduardo Jozami, destacó que también esa cartera "mostrara vocación por los derechos humanos porque no ha sido siempre así".

Alejandro Almeida tenía 20 años cuando, en junio de 1975, fue secuestrado y desaparecido por la Triple A. Había trabajado como cadete en la Agencia Télam, militaba en el Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) y cursaba el primer año de la carrera de Medicina. El día que desapareció no fue al Instituto Geográfico Militar, donde trabajaba en ese entonces, porque tenía un examen. Según cuenta Taty Almeida, le dijo "esperá que ya vuelvo" y nunca más lo volvió a ver. "Él era un militante político. No hay que tenerle miedo a la palabra 'militancia' porque militancia es compromiso, es compañerismo, es ocuparse del otro más allá del partidisimo. Eso era Alejandro, como también lo fueron los 30 mil."

Informe: María Cafferata.