(Desde Santa Fe) 

Como viene ocurriendo hace muchos años, la tasa de homicidios en la provincia de Santa Fe duplicó la media nacional. Lo ratificó ayer el secretario de Política y Gestión de la Información del Ministerio de Seguridad, Jorge Fernández. “Son cifras altas, entonces, si suben o bajan un poquito no hay nada que festejar. Los números son alarmantes”, advirtió el responsable del Observatorio de Seguridad Pública que se presentó hace dos semanas, en la Casa Gris. Fernández planteó una paradoja: su fuente de datos es el Ministerio Público de la Acusación (MPA). Porque la cartera a cargo del ex ministro y hoy diputado de la UCR, Maximiliano Pullaro y sus antecesores, entre ellos el hoy defensor del Pueblo Raúl Lamberto, reconoce un punto en común: “El Ministerio de Seguridad no producía datos confiables y veraces sobre la problemática del delito en Santa Fe”. “El primer dato y el más importante es la falta de datos”, ironizó. Y en paralelo al apagón informativo, Fernández alertó también sobre lo que llamó la “lista negra de los delitos”, los que no se denuncian y por lo tanto tampoco se registran, como robos y arrebatos callejeros, entre otros. “Tenemos que diseñar estrategias para relevar esa cifra negra de los delitos que no se conocen y producir esa información”.

El primer “informe preliminar” del Observatorio de Seguridad ubicó a Santa Fe al tope de las provincias más violentas del país. “En 2019, hubo 337 homicidios” en todo el territorio santafesino: 168 en Rosario y 102 en La Capital. En Rosario (199 homicidios en 2018), se registró un descenso de la tasa de 2017. En cambio, en La Capital siguió la escalada de 2018, aunque aún así el índice de homicidios cada 100 mil habitantes es más bajo que en 2014, 2015 y 2016”.

Fernández puso en contexto los números. “En Santa Fe, la tasa de de homicidios siempre estuvo rondando en estos últimos años las 10 víctimas cada 100 mil habitantes. Es una tasa que duplica a la nacional. Entonces, si baja o sube un poquito no hay nada que festejar. Los números son alarmantes”, alertó. 

Esta semana, el jefe del bloque de diputados del PJ Leandro Busatto recordó que en el gobierno de Jorge Obeid, en 2007, “el promedio de homicidios en la provincia era de 246 al año. Y a partir del gobierno de Hermes Binner y “en los últimos doce años” de sus sucesores Antonio Bonfatti y Miguel Lifschitz la tasa de homicidios escaló hasta convertirse en la “más alta del país”. “Hasta 2012, Santa Fe nunca había llegado a 300 homicidios en un año. Desde entonces, siempre estuvo por encima de ese número, con una sola excepción: en 2017, con 299 crímenes”. “En doce años de gestión, el socialismo fracasó en el área de seguridad y empeoró todos los indicadores”, sintetizó el legislador.

Ayer, el secretario Fernández dijo que la “información es crucial” para definir las políticas de seguridad, pero reveló que ese es “el déficit más importante” de Santa Fe. El Observatorio de Seguridad se puso en marcha para superar el apagón informativo. “Lo primero que relevamos es que no hay datos confiables” del delito en la provincia. “El Ministerio de Seguridad no producía datos fiables y veraces sobre las problemáticas de seguridad en Santa Fe. Por eso, el primer dato importante es la falta de datos”, ratificó.

—Y por qué no eran datos confiables– le preguntó un colega de LT9

—Cuando hicimos el relevamiento (de 2019) teníamos distintas fuentes, pero sus datos difieren entre sí sobre los mismos objetos. Ya ahí, aparece una cierta falta de confiabilidad sobre las metodologías utilizadas. Así que tratamos de reconstruir algunos datos que se acerquen lo más posible a la realidad, cosa que terminaremos de hacer en el transcurso del año para tener un diagnóstico más certero de lo que pasa en Santa Fe. Por ahora, son diagnósticos preliminares –respondió el funcionario.

El informe sobre homicidios que se difundió en la Casa Gris –siguió Fernández– se realizó en “forma coordinada con el MPA, que tiene datos bastante confiables”. “La idea es que el Estado produzca información confiable”.

Pero también “hay una lista negra de delitos que no ingresan al sistema de información” del MPA, como “robos y arrebatos que no son denunciados. Tenemos que diseñar estrategias para alcanzar esa cifra negra de los delitos que no se registran” y una alternativa sería las “encuestas de victimización” para consultar a los santafesinos sobre “su relación con la criminalidad” y “confrontar esos datos con los de la Policía y el MPA”, concluyó.