El joven  Nicolás Jonatan Fernández denunció en la Fiscalía de Derechos Humanos de Tartagal a la guardia policial que intervino en su detención por apremios ilegales, vejaciones y severidades. Dijo que es la segunda vez que lo detienen los mismos policías y se siente perseguido.

Fernández tiene 26 años, el 8 de enero recuperó su libertad luego de haber cumplido una condena de 5 años por robo. Intenta reinsertarse socialmente pero sostuvo que afronta una persecución policial. El sábado 25 de enero a las 19.30 fue detenido por tres efectivos de la Comisaría 42 mientras caminaba por calle 20 de Febrero yendo en búsqueda de su novia. Contó que los policías se lo llevaron primero al hospital para una revisación médica y luego a la dependencia policial. "Me decían que yo había robado pero no me decían qué". Fernández sostuvo que no había cometido ningún ilícito. 

"La denuncia (por la que lo detuvieron) es inventada porque la fecha (de la acusación que le mostraron) no coincide, el 22 de junio de 2018, yo no había cometido delito porque me encontraba cumpliendo una condena en la Unidad Carcelaria de Tartagal", explicó Fernández. El joven relató que los policías lo torturaron en la parte trasera de la Comisaría. El padre, Aldo Cástulo Fernádez, quien fue a buscarlo cuando se enteró de la detención, dijo que por debajo de un portón vio como un policía golpeaba a su hijo. Cuando pidió explicaciones en la 42, manifestó que fue amenazado. Al irse vio que sacaban a su hijo "desmayado" y no le brindaron información sobre el destino al que lo llevaban. 

Al permanecer el joven desaparecido por horas para la familia, el padre pidió ayuda a la Fundación Volviendo a Casa presidida, presidida por Isabel Soria, y realizó una denuncia en el Ministerio de Seguridad de la Nación. 

Soria acompañó al joven y a la familia en la mañana de este martes a radicar la denuncia en la Fiscalía de Derechos Humanos. La referente dijo que "Fernández no conoce el nombre del policía que lo torturó, tiene que haber una rueda de reconocimiento", manifestó.

Soria planteó que están pidiendo revisación médica de las marcas internas del joven, ya que fue golpeado con "una toalla mojada para que no queden marcas superficiales"

Fernández relató que los policías lo esposaron y lo dejaron colgado de brazos a un hierro empotrado en la pared, sabe que en el lugar de tortura habían cinco policías, uno vestido de civil, pero no sabe bien cuántos le pegaron porque le habían tapado la cara con una toalla "no veía". "Me echaron agua fría. Me decían que diga donde estaban las cosas que supuestamente había robado yo. Me empezaron a golpear con golpes de puño en el cuerpo y con un trapo mojado en las manos. Me seguían echando agua en la cara, ahí fue cuando perdí el conocimiento y no recuerdo más. Cuando recobro el conocimiento me estaban trasladando en el móvil policial hasta el destacamento Villa Güemes", rememoró.  En esa subcomisaría le mostraron la acusación del 22 de junio de 2018, sostuvo.

El padre del muchacho, quien declaró que logró ver la tortura y en un momento gritó a los policías para que pararan, les advirtió que los denunciaría, por lo que después lo amenazaron con hacerle lo mismo a él. 

El joven contó que lo tuvieron hasta las 4 de la madrugada en el destacamento de Villa Güemes siendo trasladado después a la Comisaría 45. "Estuve detenido hasta las 18". Después lo llevaron al hospital de Tartagal para una revisación médica, al no resultar atendido lo trasladan al hospital de General Mosconi

Recuperó la libertad el domingo a las 20. Hasta la tarde el joven había permanecido incomunicado, mientras la Policía aseguraba que era por orden del Juzgado de Garantías 1 de Tartagal. Isabel Soria planteó que cuando se comunicó con la jueza Maria Elena Flores, quien negó la supuesta orden.

El joven expresó que tiene miedo de la Policía. "Es la segunda vez que me pasa lo mismo desde que recuperé la libertad", manifestó. Dijo que en otra ocasión también lo detuvieron cuando andaba en moto. "Me decían que yo quería robar, me pegaron pero no tanto". "Yo me había alterado y les levanté la voz, me estaban deteniendo por nada, estuve un día detenido, y cuando me soltaron me dijeron andá y volvé”. Eran los mismos policías que lo detuvieron la segunda vez, aseguró.

El joven dijo que debido a este hostigamiento policial "es poco lo que me quiero relacionar con la sociedad, prefiero estar en mi casa". "Que la Policía corte con la persecución que me está haciendo", pidió. 

La hermana del joven, Pamela, explicó que su hermano necesita trabajo para reinsertarse, "lo que más le cuesta conseguir".