Como cada miércoles, Ramón Contreras salió a la calle en defensa de lo que es justo: una jubilación digna, que le permita transitar sus días de descanso, después de años y años de trabajo, de la mejor manera. Caminaba tranquilo, pegado al cordón, al lado de la vereda. Daba vueltas a la plaza cuando cuatro policías lo increparon. No mediaron palabra. Lo agarraron y lo empujaron. Naturalmente, cayó “como un misil”, tal como él mismo lo describe. Quedó ahí, tendido en el piso, al resguardo de los demás manifestantes, que veían las primeras secuelas del golpe: su brazo quebrado y la muñeca a la miseria, pero el espíritu intacto.

Por la 750, Contreras, quien a partir de este miércoles deberá cargar con el mote de el jubilado al que la policía le fracturó el brazo en plena manifestación, contó cómo fue la brutal represión y cómo sigue su día después del golpe que, a su edad, podría traer muchas complicaciones.

“Estoy muy dolorido. Recién mañana tengo que ir al Hospital Evita, donde trabajé durante muchos años, trabajé con la mamá de Pablo Grillo, yo la conocí personalmente, y Pablo también trabajó ahí”, comenzó señalando Contreras, aludiendo ni más ni menos que al fotógrafo al que las mismas fuerzas de seguridad coordinadas por Patricia Bullrich atacaron en una manifestación en marzo pasado. En aquel entonces, la Gendarmería le disparó un cartucho de gas en la cabeza y casi lo mata.

Luego, contó cómo sigue su estado de salud: “La fractura es un poco más abajo del hombro izquierdo. Ahí está la fractura. Duele bastante. Así que bueno, hasta mañana no puedo resolver el problema. Si me van a operar o no. No dormí, Víctor Hugo. Tampoco puedo tomar muchos analgésicos. A nuestra edad por ahí tomamos y nos jode el hígado. Así que es como que trato de no tomar tantos analgésicos”.

Sobre lo ocurrido, precisó: “Mire, la gente de Bullrich cree que porque somos viejos nos van a doblegar. Pero están equivocados. No nos van a doblegar. Se toparon con una generación en la que tenemos claro por qué luchamos. Entonces, no vamos a desistir de nuestros derechos. Porque están amparador por la Constitución Nacional. Tenemos derecho a movilizarnos”.

Luego, relató: “Esa señora asesina de Bullrich que va a ir presa porque va a tener que pagar. Estábamos dando vueltas a la plaza, por la vereda. Algunos estábamos en la calle, pero sin molestar nada, porque íbamos por la orilla de los autos. Y atacó la policía de Milei, y de Bullirch y de Macri también. Yo creo que ellos se acomodan los tantos de acuerdo a la conveniencia”.

Me atacaron de atrás, como viles cobardes y canallas que son. Me agarraron y me llevaron hasta la orilla de la vereda. Yo iba caminando y les dije que yo iba solo a subirme a la vereda. Porque nada les costaba dejarme ahí y yo subía. Pero no, me tiraron como un misil. Las piernas para atrás. Me tiraron. Caí sobre el brazo y me quebré. Y me podría haber quebrado la muñeca. Tengo un moretón. Así nos tratan todos los miércoles. Es una lucha infernal. Ya no sabemos qué hacer”, finalizó.