Luego de pasar su primera noche detenidos en la cárcel de Dolores , los diez rugbiers imputados por el crimen de Fernando Báez recibieron la visita de sus familiares. Padres, madres y hermanos evitaron hablar con la prensa, con pocas excepciones, como la de los padres de Máximo Thomsen, uno de los dos imputados como coautor del homicidio, y Juan Pedro Guarino, señalado como "partícipe necesario".  

"Fue una tragedia. Lo lamento tanto por la familia de la víctima. Esto fue una tragedia, no son asesinos. No sé qué se les cruzó por la cabeza", fueron las palabras de Marcial Thomsen, padre del principal implicado en el crimen, antes de entrar al penal.  

Thomsen volvió a hablar con la prensa a la salida de la visita y volvió a disculparse con la familia de Fernando. "Intenté llamarlos varias veces. No sabría qué decirles. Si yo tengo el dolor que tengo, no sé qué sentirán ellos". "No me quiero despertar. Cada día que empieza, no quiero abrir los ojos", dijo mirando hacia abajo. "Tengo miedo de no verlo más en libertad", agregó.

El padre del joven no fue preciso al hablar sobre la versión de su hijo sobre los hechos y describió: "Para él fue una pelea, pero no se acuerda de cosas". "Estaban alcoholizados, pero no los justifico", agregó Thomsen, adelantándose a los peritajes toxicológicos. 

El hombre dejó un perfil de su hijo como "destrozado por la muerte de este chico, por lo que hicieron o lo que les salió".  "Obvio", contestó a la pregunta sobre si su hijo estaba arrepentido.

En tanto, el padre de Gaurino fue mucho más escueto: "Hay que ponerse en lugar de ellos y es imposible. Es lo peor que le puede pasar a una persona. Ellos están bien, nosotros estamos mal".  

La situación en el penal 

Los jóvenes fueron trasladados a Dolores este miércoles, luego de terminar las ruedas de reconocimiento en Villa Gesell, donde el 18 de enero participaron del crimen de Fernando a la salida del boliche Le Brique.

El fiscal general de Dolores, Diego Escoda, indicó, ante la preocupación de los familiares de que los jóvenes sean agredidos, que "el Servicio Penitenciario tiene gente capacitada para que esto no suceda". En ese sentido, Escoda precisó que los presos, durante los primeros días, pasan por un proceso de aislamiento y análisis, tras el cual son derivados a los distintos pabellones. 

Por otra parte, el fiscal de Dolores aclaró que la situación procesal de los 10 imputados será revisada en los próximos 15 días "con el análisis de la toda la prueba", para resolver la continuidad o no de las prisiones preventivas. 

Escoda precisó que 7 de los 10 imputados fueron identificados en las rondas de reconocimiento, pero señaló que podrían aparecer otras pruebas que los impliquen,  como videos, pruebas de ADN en la ropa o nuevos testimonios. De todas maneras, no descartó que alguno de los detenidos pueda quedar en libertad, pero insistió en que la hipótesis de investigación los mantiene a todos acusado, al menos, como "participes necesarios". 

Nuevo video de la noche del crimen 

A la espera de que la Policía Federal finalice el proceso de extracción de información de los celulares de los imputados por el asesinato de Fernando Báez, se conoció un nuevo video de la madrugada del 18 de enero en el que un grupo de jóvenes intenta reanimar al joven.  

La captura es de unos pocos segundos y se observa a un joven de remera negra haciendo maniobras de RCP sobre el cuerpo tendido de Fernando, que no reaccionaría. En las primeras horas tras el crimen, se había conocido el caso de un adolescente de 17 años, que también intentó reanimar a Fernando y declaró ante los medios que "él no quería pelear sino calmar la situación". 

Además del video de la brutal golpiza, que se viralizó en pocas horas, también se difundieron esta semana las imágenes del interior del boliche Le Brique en el momento en el que es sacado a la fuerza uno de los imputados por el homicidio, Máximo Thomsen. 




Al salir de la vista realizada durante algo más de dos horas, el padre de Thomsen volvió a hablar con la prensa. Fue el único familiar de los diez acusados que aceptó dar su opinión. 

"Estaban alcoholizados", expresó Marcial Thomsen y comentó que su hijo aceptó recibir ayuda psicológica dentro del penal. También indicó que entregó la clave de su celular para colaborar con la Justicia. "No quiero abrir los ojos", indicó quebrado el padre del joven de 20 años que fue señalado por al menos cinco testigos como el principal agresor de Fernando Báez Sosa. "Para él fue una pelea", comentó sobre lo conversado con su hijo.

"Obvio", respondió cuando se le preguntó si su hijo y los demás imputados por el hecho están arrepentidos de lo que hicieron aquella madrugada.