James Caan puede respirar tranquilo. En Castle Rock Annie Wilkes ya no le destroza la pierna con una maza a su personaje. Basta mencionar Misery (Rob Reiner; 1990) para sentir el sacudón helado de la escena que tiene como víctima al escritor Paul Sheldon y el aliento de la frenética enfermera interpretada por Kathy Bates. Atención: la segunda temporada de la serie que abona y se alimenta del multiverso de Stephen King no es una simple adaptación de sus obras y versiones cinematográficas. Esta antología parte de una premisa tan ambiciosa como similar en su forma a la de Fargo (ficción que este año estrena su cuarta temporada). Hilvana personajes, lugares y atmósferas del prolífico escritor con una narrativa autónoma de resultado retorcido y suculento. En este nuevo arco aparecen, entre otras, referencias y pasajes a la vampírica El Misterio de Salem's Lot y El Cuerpo. Hay misterios de combustión lenta y elementos sobrenaturales que brotan de manera inesperada. Sus diez episodios estarán dispuestos desde el próximo jueves por STARZPLAY.

Castle Rock es, en definitiva, una exploración sombría de la comarca King, incluso de algunos rincones y personajes que el oriundo de Portland podría haber imaginado como de aquellos que sirvieron de alimento para otros. Por eso es que Lizzy Caplan, a cargo del protagónico, asegura que “Kathy Bates es Annie Wilkes”. No se trata de una precuela aunque componga una versión más joven que la de la novela y la película. Es más, el relato se ubica en el presente y profundiza en los cómo y porqué la localidad abduce a esa mujer. Es una prófuga que ha asumido distintos nombres y trabajado en hospitales para robar los antipsicóticos que la mantiene al filo de la cordura. Aunque si alguien ose intimidarla o a su hija (Elsie Fisher), no dudará en incrustar en la garganta de su oponente una cuchara de heladero. “Mi trabajo era alejarme de esa zona cómoda de hacer de villana loca. Su accionar sigue un parámetro personal de lo que está bien o está mal. En su cabeza ella es en todo momento la heroína de su propia historia”, asegura la actriz en una teleconferencia de la que participó Página/12. Un detalle: Caplan recibió elogios de la propia Kathy Bates. “Es humana y aterradora”, twitteó sobre la personificación de su colega.

El arribo de madre e hija a Castle Rock sucede en un momento álgido. Está por desatarse una guerra entre lugareños y refugiados somalíes por unos terrenos que se asegura están malditos. Tim Robbins es otra de las caras reconocibles de la producción. El actor encarna a Pop Merrill, capanga del pueblo que usa su tienda de ramos generales como fachada para los negocios sombríos en una aldea que, vale decir, tiene inoculado el mal. “Creo que Annie no quiere estar para nada allí. Estaba de paso y termina en Castle Rock por un accidente en la ruta. Este es un es un pueblo ficcional que abreva la obra de Stephen King y no es el mismo lugar en el que sucede Misery. Las acciones principales además suceden en Jerusalem’s Lot, región que significa tanto para los fans de King”, repasa la actriz.

-¿Qué hizo para apropiarse de un personaje que está tan asociado con otra actriz?

-Su actuación fue completamente icónica y con los años no ha hecho más que crecer en el colectivo imaginario. Quería que hubiera sombras de aquella versión. La audiencia que busque a esa mujer se va a sentir defraudada porque lo que intenté hacer es crear algo que en el futuro será la Annie Wilkes que conocemos.

-Annie Wilkes tiene una voz y una presencia muy particular, ¿cómo fue esa composición?

-Trabajé muy duro porque no quería que hubiera un rastro de mí misma. Quería que fuera ella pero que se sintiera una remembranza de lo que hizo Kathy Bates. En la novela se describe su fisicalidad pesada e imponente, yo no soy particularmente alta por lo que trabajé ese caminar nervioso. Es una villana temible por su capacidad de generar empatía al hablar, cambiar de temperamento tan rápido y volverse violenta.

-¿Por qué hay tantas adaptaciones de la obra de Stephen King?

-Stephen King es un maestro en lo que se refiere a la narración de historias, es cautivante, pero además es un genio en cuanto a la creación de personajes. Todos tienen muchas capas y se imprimen en tu cabeza una vez que los lees. Por eso se pueden transformar en adaptaciones televisivas y cine increíbles. Ninguna serviría si no fuera por estos personajes tan visibles, fascinantes y reconocibles.

-El terror es un género asociado al entretenimiento pero a su vez sirve para expresar los miedos y ansiedades de una era. ¿Qué nos dice Castle Rock sobre el presente de los Estados Unidos?

-Eso es interesante. El horror generalmente esconde otro tipo de mensaje más amplio y escondido sobre la cultura y la sociedad. Nuestro programa es de entretenimiento, hay gore, horror, violencia, elementos sobrenaturales, todas esas cajas, pero también podés encontrar menciones a lo que está pasando en nuestro país en lo referente a la inmigración, con las corrientes que no son bien recibidas, las tensiones en las comunidades por los cambios y el arribo de los “otros”. Es algo a lo que hay que prestar atención especialmente en un país cuya historia se debe a la inmigración. Vamos a estar en problemas si nos olvidamos de eso. El otro tema que tocamos es el de las enfermedades mentales. No es una ficción sobre este tema, como tampoco lo es sobre lainmigración, pero la representación es respetuosa y precisa. Annie es una enferma mental, tratamos de captar de donde viene, lo que la aterroriza, lo que esconde y eso es algo en lo que no se suele profundizar en este género. No es sólo una loca.