Dos hombres comenzarán a ser juzgados este martes por el femicidio de Anahí Benítez, la adolescente de 16 años hallada asesinada en la reserva Santa Catalina de la localidad bonaerense de Llavallol en 2017. Ambos enfrentan la condena a perpetua, pero entre ambos hay horizontes muy diferentes. En el caso de Marcos Bazán, de 36 años --cuya abogada, Rosario Fernández, sostiene que no existen pruebas en su contra-- , la  propia fiscal Fabiola Juanatey pidió también una pena alternativa, por encubrimiento agravado, con un máximo de seis años, de los cuales ya cumplió dos años y siete meses. En cambio, Marcelo Sergio Villalba, de 42, está acusado directamente por el abuso sexual, ya que el semen hallado en el cuerpo de la adolescente se corresponde con su ADN.

Al acusado Villalba, la fiscal Juanatey lo acusó por "robo, abuso sexual agravado por acceso carnal" en carácter de autor, y por "privación ilegal de la libertad agravada y homicidio agravado por alevosía, criminis causa y por mediar violencia de género" en calidad de coautor. 

A Villalba lo detuvieron porque unos 15 días después del femicidio se activó el celular de Anahí, y lo detectaron en poder del hijo de éste. Villalba dijo que lo había encontrado en un baldío y que no conocía a Anahí, aunque luego detectaron su patrón genético en el cuerpo de la joven. El celular y el ADN son las pruebas que incriminan a Villalba. Juanatey no pidió prueba alternativa en este caso. No juzgó que le fuera necesario.

La defensora Rosario Fernández asegura que Bazán "está preso injustamente desde hace 30 meses, no hay pruebas que lo incriminen así que esperamos que sea absuelto por el Tribunal. Lo único que lo incriminó fue el perro que marcó su casa", donde hallaron pelos que, luego se comprobó, "no pertenecían a la víctima" y manchas de sangre de un "animal".

El femicidio ocurrió el 29 de julio de 2017, cuando la adolescente salió de su casa de Parque Barón, en Lomas de Zamora, para caminar unas cuadras hacia el Parque Municipal Eva Perón.

Su familia denunció la desaparición ese mismo día y el 4 de agosto el cadáver de Anahí fue encontrado desnudo, con lesiones cortantes y golpes en la cabeza, enterrado en la Reserva Natural Santa Catalina. La autopsia determinó que la joven había muerto por asfixia por sofocamiento y que había sido víctima de un ataque sexual.

Dos días después, Bazán fue detenido luego de que el can Bruno, un perro rastreador, marcó su casa, situada a 300 metros del lugar del hallazgo, donde se encontró una olla con arroz similar al encontrado en el estómago de la víctima, ropa de mujer, pelos y manchas de sangre. La defensa refuta cada una de estas acusaciones. 

Bazán aseguró ante la Justicia que no conocía a Anahí, que su casa no tiene medidas de seguridad que impidan el acceso de terceros, que la ropa femenina era de su novia y los pelos y manchas sospechosas podían ser de alguno de los animales que rondan por el predio.