Con dos movimientos paralelos, el Gobierno dio el puntapié de lo que podría convertirse en el "albertismo" cordobés, en tanto el gobernador Juan Schiaretti mantenga su llamativa prescindencia en el escenario nacional. Por un lado, el senador Carlos Caserio y el intendente de Villa María, Martín Gill, encabezaron un encuentro de dirigentes cordobeses encuadrados en el Frente de Todos que contó con la bendición del ministro del Interior, Eduardo "Wado" de Pedro, quien les envió un saludo a través de las redes sociales. Por otra parte, el presidente Alberto Fernández recibió en Olivos a un veintena de intendentes cordobeses de origen radical que llegaron de la mano del gobernador de Santiago del Estero, Gerardo Zamora, a quienes les agradeció su apoyo durante la última campaña.

Ya es bien sabida la historia del esfuerzo que hizo Alberto Fernández por obtener el respaldo de Schiaretti durante la campaña, cosa que no consiguió. Luego de visitar seis veces la provincia, le terminó reprochando públicamente al gobernador que parecía que le daba lo mismo que ganara él o Mauricio Macri. En definitiva, Córdoba, de nuevo, fue la provincia donde el macrismo consiguió su victoria más amplia.

En los últimas semanas hubo algun acercamiento entre la Casa Rosada y Schiaretti. De hecho, suscribieron un acuerdo de unidad para las elecciones municipales de Río Cuarto, que se realizarán el mes que viene. Sin embargo, los movimientos ambiguos del gobernador cordobés abrieron una interna con los dirigentes del peronismo que no entienden su reticencia a acompañar la gestión de Alberto Fernández. El senador Caserio, ex presidente del PJ cordobés y enfrentado desde hace tiempo a Schiaretti, es una de las caras visibles de la rebelión. El intendente Gill, que viene trabajando con el Frente de Todos desde la campaña, otro. Ambos encabezaron ayer un encuentro masivo de dirigentes provinciales para alegría de la Casa Rosada.  

"Cuando la realidad nacional nos exigió ser críticos, lo fuimos. Hoy, entendemos que la realidad nos exige una Córdoba integrada al país", sostuvo Caserio en el acto. "El gobierno nacional necesita del apoyo de todas las provincias. No hay Argentina sin Córdoba, ni Córdoba sin Argentina. De esta crisis salimos todos juntos o no salimos", abundó. "Un fuerte abrazo a todas las compañeras y compañeros que participan del plenario junto a Carlos Caserio y Martín Gill en apoyo al presidente Alberto Fernández", envió su saludo Wado de Pedro en Twitter.

Pero no fue el único movimiento. A través de Zamora, un gobernador de origen radical pero que desde el kirchnerismo que actúa en sintonía con el peronismo, un grupo de intendentes cordobeses tuvo la oportunidad de encontrarse con el Presidente en la quinta de Olivos. Lucas Sánchez (Los Reartes), Oscar Lauret (Colonia Tirolesa), Miryan Prunotto (Juárez Celman), Manuel Farías (La Batea), Alejandro Cortez (Las Cañadas), Verónica Tomalino (Dean Funes), Gloria Pereyra (Villa Dolores), entre varios otros, escucharon ayer a Alberto Fernández hacerles un panorama de la situación del país y agradecerles el apoyo brindado durante la campaña electoral. 

Está claro que el gobernador Schiaretti, que ya no tiene la posibilidad de ir por un nuevo mandato, tiene motivos para preocuparse respecto a su continuidad como mandamás indiscutido de la política cordobesa.