El cese de comercialización de granos y carnes convocado por la Mesa de Enlace concluye esta medianoche con escaso impacto, tanto en los mercados como a la vera de las rutas. La protesta comenzó con problemas debido a las internas que desató dentro de Federación Agraria y terminó languideciendo por la falta de apoyo. Además, la expansión del coronavirus y la crisis financiera le restó visibilidad a la medida, incluso en aquellos medios de comunicación que venían amplificando las críticas contra la suba de las retenciones a la soja.

En San Nicolás, cerca de Expoagro, se organizó una protesta el miércoles que se destacó por la escasa concurrencia. Solo pequeños grupos de productores autoconvocados, que vienen militando en contra del gobierno de Alberto Fernández, pero, a diferencia de lo ocurrido en otras ocasiones, no lograr expandir su base de apoyo. “Tenemos que seguir con las asambleas, mejorar el tema comunicacional, cambiar el sistema de protesta, vender lo menos necesario y terminar con un tractorazo a Buenos Aires. Todo se cocina ahí. Tenemos que determinar una fecha, según cómo vengan las negociaciones", aseguró uno de los organizadores de la protesta, reconociendo en parte en fracaso de la misma.

El ministro de Agricultura, Luis Basterra, dijo hoy que hay sectores que promueven "una animadversión a un proyecto político" y aseguró que, desde el Gobierno nacional, la propuesta es "debatir y dialogar sobre información concreta". "Escuchaba hace un rato a un productor que reclamaba por un trigo que no se exporta, que es de consumo local, y haciendo una aseveración de que, por culpa de las retenciones, el Estado, los políticos... Hay en determinados segmentos una disposición a presuponer", dijo Basterra en diálogo con AM 750, al referirse a los reclamos de los sectores agropecuarios. "Nosotros lo que estamos ofreciendo es la información para debatir y dialogar sobre información concreta", aseguró.

Una de las razones que debilitó la protesta de los sectores más radicalizados fue la decisión de combinar las retenciones a la soja y sus derivados con una baja en otra serie de cultivos y avanzar con una segmentación que beneficia a los más chicos.

El decreto 230/20 rebajó las retenciones de otros 22 productos, mientras que otros 20 no tendrán cambios. Entre los cultivos beneficiados por la baja del derecho de exportación sobresalen harina de maíz, arvejas, porotos, garbanzos y lentejas (bajan de 9 a 5 por ciento); maní (12 a 7 por ciento); harina de trigo (9 a 7 por ciento); girasol (12 a 7 por ciento), girasol confitero y aceite de girasol (12 a 5 por ciento). También bajan los derechos de exportación al maíz pisingallo, que se usa para pochoclo (9 a 5 por ciento); arroz paddy (12 a 6 por ciento); y arroz pulido (9 a 5 por ciento). A su vez, la suba será del impuesto al cultivo estrella de la Argentina será acompañada por un esquema de compensaciones que beneficiará a 42.406 unidades productivas, el 74 por ciento de los productores. Los que terminarán afrontando el aumento son 14.884 grandes productores, el 26 por ciento del total, que concentran el 77 por ciento de la producción.

El presidente de la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (Carbap), Matías de Velazco, consideró que el cese de comercialización no respondió sólo a la suba de los derechos de exportación en ese rubro, sino, además, a "toda la presión impositiva" con la cual "no se puede seguir trabajando". "Confiamos en la calidad de estadista del presidente Alberto Fernández; él va a tener que leer este mensaje, escuchar la voz del sector productivo y la pelota la tiene el Gobierno ahora", indicó el dirigente. De Velazco sostuvo, por último, que "ellos (por el Gobierno) van a tener que dar una señal; y, en el caso de que no lo haga, esto no va a seguir así", y agregó: "El campo no se va a quedar quieto y van a seguir las medidas".