Abelardo Castillo descreía de los talleres literarios pero, paradójicamente, dictaba el mejor de Buenos Aires. La autora Alejandra Kamiya cuenta que, después de haber conversado durante horas sobre libros, Castillo le preguntó en su entrevista de admisión: “¿Qué pensás que te puedo enseñar?”, a lo que ella respondió que bastaba con estar cerca, como si él fuera un árbol, convencida de que algún fruto iba a caer donde pudiera tomarlo. Ser escritor (Seix Barral) recolecta esos frutos y los coloca en un cajón de madera al alcance de todos: allí los lectores encontrarán algunas de sus ideas en torno a la escritura o su visión sobre autores como Thomas Mann, Horacio Quiroga, Dante, Rilke, Marechal y Tolstoi. El legado de Castillo (1935-2017) incluye obras de diversos géneros literarios: fue uno de los maestros del cuento latinoamericano, escribió novelas, obras de teatro y, además, fundó tres revistas que fueron bisagra en la cultura literaria argentina: El Grillo de Papel, El Escarabajo de Oro y El Ornitorrinco.