“Todo el mundo me dice lo que no puedo hacer pero nunca lo que puedo hacer”, dice Dory (Alia Shawkat) entre lágrimas en un momento del piloto de Search Party (hoy a las 22 hs se estrena por TBS). La veinteañera larga la frase-catalizador, en medio de una entrevista laboral, para un puesto que  –obviamente– no conseguirá. ¿Qué es lo que entonces hará la protagonista? Convertirse en una suerte de investigadora privada e ir tras los pasos de una ex compañera de universidad que ha desaparecido. Indagar el paradero de Chantal Whiterbottom le valdrá un examen a su propia persona y romper con su burbuja generacional. Planteo excéntrico para un programa que sale por una señal dedicada a la comedia y se ha convertido en uno de los run run del universo seriófilo más reciente.  

¿Una de misterio con arranques de humor filoso?, ¿comedia de tono suspense?, ¿o quizá una lisa y llana parodia del thriller? A estas cuestiones se le suma el contexto de una Nueva York ideal para una camada egocéntrica y consumista. Salvo para la obsesiva Dory, quien cree avistar a Chantal en un restaurante chino. La chica está en su propia encrucijada. Infeliz pero sagaz, sin resignarse a que su vida sea una sucesión de malteadas y likes en las redes sociales, con un novio esponja, una compañera narcisista y un amigo gay tan superficial como cínico. Search Party es un provocador estudio sobre los millennials, algo parecido al video viral con el análisis del escritor Simon Sinek, pero con una narrativa que hace tándem entre la intriga y lo cáustico.

Como si a la comedia Broad City se le adosara una capa más amarga; en otros momentos, Dory y su troupe emulan a la de Scooby-Doo resolviendo casos; también anda dando vueltas el espíritu Misterioso asesinato en Manhattan con el dueto de investigadores aficionados conformado por Diane Keaton y Woody Allen. La propia Shawkat definió a su criatura como una “Columbo hipster”. Los múltiples e inusuales sospechosos también tienen su atractivo. “La serie tiene incógnitas pero no lo es todo. Los personajes son muy reales y se necesita unos que te gusten y a los que les puedas creer”, señaló la actriz.

Los diez episodios duran apenas media hora y siempre cierran con un gran gancho. Paso a paso los cómplices y las aristas del caso se volverán más espinosos. ¿El ex novio tuvo algo que ver con su desaparición? ¿Cuánto tiene que ver el negocio inmobiliario en la Gran Manzana con el caso? 

¿Chantal estaba embarazada? ¿Por qué parte de su familia parece más preocupada por despedirla que por averiguar lo que realmente sucedió? Search Party sorprende por su pisada firme en un terreno tan poco adepto a los cambios como suele ser la comedia. “Pienso sobre eso todo el tiempo. Todo en su vida está completamente enrarecido. ¿De qué sirve hacer algo? El programa trata sobre responder esa pregunta. Y uno sabe que la respuesta puede ser exactamente lo que te da miedo. Porque Dory y Chantal, en un punto, son exactamente lo mismo”, planteó Sarah-Violet Bliss, una de las creadoras del programa junto a Charles Rogers. Ahí está el quid. Son la misma cara de la moneda y una está obsesionada cual Roxanna Arquette con Madonna en Buscando desesperadamente a Susan (Susan Seidelman; 1985). Buscar. Verbo muy presente en la serie. “El placer no está en descubrir la verdad, sino en el esfuerzo de buscarla”, la frase de Anna Karenina, remarcada en un ejemplar de la chica evaporada, le servirá de epifanía a Dory. Claro que en ese mismo plano, se aprecia en la pantalla de una laptop a Chantal participando con un videíto del “Ice Bucket Challenge”.