La marcha fue desde adentro. Miles de rosarinas y rosarinos, aquellos que cada años inundan las calles en la manifestación más importante de la ciudad, decidieron dejar su marca urbana, personal y colectiva a la vez, en la puerta de su casa. O en la ventana, en el balcón, en el pasillo, hasta en el árbol de enfrente. Por primera vez en 37 años, no hubo movilización, pero las calles de Rosario se vistieron de memoria, verdad y justicia. Un pedido personal en Facebook recogió en pocas horas más de 350 mensajes de personas que mostraron sus frentes, sus ventanas, sus balcones intervenidos. Desde barrio La Tablada hasta Menorca (España), desde Ludueña y el Fonavi de Mendoza y Donado, desde Pichincha, cada quien mostró el símbolo que eligió para plantar su semilla de memoria en tiempos de "Quedate en casa".

Foto: Andrés Macera

"Memoria, verdad, justicia", "Fueron 30.000", fueron dos consignas que se pudieron ver en un recorrido por la ciudad, pero también pañuelos blancos, el símbolo de las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo. El hashtag #ConLaMemoriaDespierta recogió muchas de esas imágenes. Sábanas, servilletas y hasta rollos de cocina sirvieron para dar el mensaje que surcó inmóvil las calles de la ciudad. Cada uno de los números de 30.000 sobre un pañuelo blanco flamearon desde un balcón sobre calle Rioja que da a los los Tribunales Federales de bulevar Oroño 940, donde se lleva adelante el juicio Feced III y IV, en su fase final.

Foto: Andrés Macera


Foto: Andrés Macera


Foto: Andrés Macera