Las condiciones de aislamiento impuestas por la pandemia del coronavirus obligan a encarar las relaciones, el tiempo y el entorno desde otro lugar. Pero a la vez se suman obligaciones y mandatos relacionados con la posmodernidad, la sobre estimulación y la sobre exigencia a la que estamos acostumbrados.

El concepto del tiempo se transforma, y en algunos casos, la soledad y la incertidumbre generan angustia ante lo desconocido.

Es “en esas condiciones actuales de la posmodernidad” que se hace más impactante el aislamiento y “con menos recursos para seguir haciendo cosas, que nos obliga y nos pone en cercanía de encontrarnos con nosotros mismos”, sostuvo la psicóloga Verónica Bissdorf, quien consideró que se debe analizar las condiciones de época en que se da esta situación particular. 

Ante un evento de este tipo, inesperado, abrupto y desconocido, “que no hemos enfrentado anteriormente, al menos entre quienes estamos vivos, debemos replantearnos las condiciones actuales en un mundo con todo ultra planificado". "Hoy, las personas tenemos una sobre estima por lo racional y lo mental, por el estímulo externo”, expuso Bissdorf.

La noción de tiempo para la especialista es esencial, ya que “en ese sentido”, indicó, “si yo estoy acostumbrada a no tener tiempo y estar siempre haciendo cosas porque se supone que el tiempo que es valioso es el productivo, de repente encerrada y con un montón de sensaciones desconocidas cambia mi vida y me hace encontrar conmigo misma”.

“Todas esas situaciones son las que tienen un impacto a nivel personal y generan ansiedad”, dijo Bissdorff, para quien la ansiedad es una sensación que pasa cuando alguien se enfoca en el futuro. “Si hay algo que no sabemos es qué va a pasar con esta pandemia. No hay una respuesta lógica y no nos deja planificar a largo plazo y genera ansiedad”, indicó. 

La psicóloga volvió a insistir en la sobre estimulación, que hoy está ligada a la información sobre la pandemia, “queremos saber qué va a pasar con la economía, qué medidas se van a tomar, cómo avanza la pandemia, eso nos estimula todo el tiempo y queremos adelantarnos”.

Toda esta incertidumbre, y la necesidad de controlar y anticipar “genera reacciones a nivel psíquico y que se manifiestan en el cuerpo, con palpitaciones, falta de aire y ataques de pánico, algo que ya viene creciendo en nuestra sociedad y en este tipo de contexto se despiertan con más fuerza”.

Otro aspecto es “la exigencia”. Para Bissdorf, “ambos son síntomas de época que estas situaciones la exacerban. Tengo que hacerme todos los cursos online, planificar, ver todas las series, cocinar. Hacer el tiempo productivo, sin registrar lo que quiero y puedo en este momento”.

Y allí hizo hincapié para poder “reconocer cuáles son las limitaciones con las que nos encontramos para no sumar más obligaciones y entender lo que necesito y puedo hacer en este momento y ver hasta dónde puedo flexibilizar esas exigencias si es que se puede, porque depende de las condiciones materiales y económicas de cada uno”.

Por lo que concluyó que será clave conectarse con lo que cada uno está necesitando en este momento, “en el aquí y ahora en la medida de lo posible. Debemos permitirnos fracasar un poco de las obligaciones”.

Preocupación pública 

La secretaria de Salud Mental y Adicciones de la provincia, Irma Silva, consideró que a medida que van corriendo las noticias en los medios acerca de esta pandemia, va aumentando la preocupación pública, por lo que cuidar la salud mental “es tan pero tan importante como cuidar la salud física”.

Silva, quien es también presidenta del Colegio de Psicólogos de Salta, informó que la Secretaría de Salud Mental sumó un número de acompañamiento psicológico las 24 horas para atender a las personas que estén atravesando una crisis debido a esta emergencia.

El número está dispuesto para la comunidad en general, pero sobre todo para los equipos de salud y las personas que están viviendo el aislamiento, y “sirve para mitigar el miedo que se genera en estos momentos, como a perder la salud o posibles consecuencias de esta enfermedad”.

La psicóloga contó que la gente tiene “muchos miedos ante lo desconocido”, a que se acaben los insumos básicos o los lugares donde atender a los pacientes.

“Todo esto que está pasando se percibe como una amenaza. Y no es nada más ni nada menos que los miedos que hemos vivido a lo largo de la historia de las grandes epidemias”, agregó la funcionaria, quien indicó que la incertidumbre genera también segregación al ver al otro como posible portador.

Destacó que ese es uno de los peligros más grandes y pidió no asociar el virus con algunos grupos sociales determinados por la etnia o la nacionalidad. “Esta es una pandemia global que nos va a afectar a todos de una u otra manera”.

En cuanto a las recomendaciones, Silva dijo que hay que tener en cuenta que esta no es una situación “permanente, sino que es transitoria”, y resaltó que a pesar de la incertidumbre, siempre hay que recordar que se va a poder volver a la vida habitual, porque “es algo que alivia saber que se puede revertir”.

Planteó que no hay que esconder los miedos o temores que genera esta situación, “es natural que uno se sienta angustiado, estresado y hasta molesto”. Y subrayó la necesidad de no perder los contactos desde el lugar en donde uno esté, “sobre todo con los afectos”. Para eso, aseguró que las redes permiten ese contacto instantáneo, “hay que programar esas charlas y poder hablar de cosas que van más allá de la pandemia”.

Pensar en los proyectos, "en el día a día" es muy importante también para que el miedo y la ansiedad no se propaguen más rápido que el propio virus, “algo que sin dudas sucede y puede generar pánico colectivo”, aseveró Silva.

El miedo es una emoción que se contagia fácilmente y ante un evento desconocido se activa”, acotó la especialista, quien agregó que se puede optar por huir o enfrentarlo, pero “siempre es necesaria y fundamental una escucha ante esa emoción”, de lo contrario la reacción puede ser irracional. Indicó que la falta de barbijos o de algunos insumos como antibióticos es parte de esa reacción irracional ante el miedo.

El número de atención para consultas es el 387-5172782. También se comparten recomendaciones e información en la cuenta de Facebook Salud Mental Salta y en la página web del Colegio: psicologossalta.com.ar