La Justicia de Reconquista rechazó ayer la prisión domiciliaria del sacerdote Néstor Monzón, condenado a 16 años de prisión por abuso sexual de un niño y una niña, delito cometido en 2015. La nueva audiencia sorprendió a familiares y querellantes, ya que hace diez días, la Cámara Penal de Vera avaló la prisión preventiva ordenada tras el juicio de diciembre pasado. La insistencia de la defensa del acusado tuvo que ver la situación sanitaria en torno a la pandemia de Covid-19, y argumentó que Monzón es "sujeto de riesgo". Los acusadores consideraron que el pedido no está fundamentado y lamentaron que se llamara a audiencia pese a las recomendaciones en relación a la suspensión de aquellas que no impliquen una vulneración de derechos, en el marco de la realidad sanitaria. 

El cura Monzón está preso -mientras se espera que el fallo condenatorio quede firme- desde mediados de diciembre pasado y no cesa en la insistencia por ser excarcelado. El delito que lo llevó a estar tras las rejas fue caratulado como "abuso sexual gravemente ultrajante" de un niño y una niña, que tenían 3 años al momento de los hechos, a fines de 2015.

El fiscal Alejandro Rodríguez confirmó el rechazo del pedido de la defensa que planteó que su cliente tiene problemas de hipertensión y respiratorios, por lo que entendió que encuadraba dentro del grupo de personas de riesgo en el marco de la pandemia de coronavirus. El fiscal se opuso a tal cuestión. Además, la querella representada por la abogada Luciana González -que no estuvo presente por cuestiones de salud-, planteó por escrito que lo solicitado por la defensa "es absolutamente infundado", ya que el pedido de Monzón no encuadraba "ni por edad, ni por patología". Al mismo tiempo, señaló que el imputado está detenido en Santa Felicia, donde "cuenta con biblioteca, huerta, cancha de fútbol, criadero de porcinos, con la provisión de alimento asegurada, y sin contacto con el exterior", en respuesta a lo mencionado por el defensor con respecto al riesgo.

La jueza Norma Senn entendió que existió una variación en la solicitud de la defensa, porque en el escrito con el que pidió la audiencia habló de un pedido de libertad, mientras que en la audiencia solicitó un arresto domiciliario. Planteó que el argumento tiene que ver más bien con una cuestión de "temor"; y no hizo lugar a los planteos esgrimidos, aunque sí encomendó a las autoridades carcelarias de la Unidad 10, de Santa Felicia, que se extremen las medidas de control y prevención, en general.

Andrea, la madre de una de las víctimas celebró: "Se hizo lo que corresponde, porque él tiene que estar en prisión efectiva, hasta que quede firme la sentencia. No tiene edad avanzada, tiene 51 años, y está más aislado que todos nosotros. Esta audiencia fue una falta de respeto, porque nosotros no pudimos asistir por esta cuarentena, para no ponernos en riesgo, y eso fue aprovechado; pero fue otra batalla ganada y él va a seguir donde tiene que estar".