Salta/12 entrevistó a dos salteñas que quedaron varadas en el extranjero, primero por el cese de circulación aérea desde el extranjero y luego por la suspensión de repatriaciones,

Macarena Salinas estudia agronomía en la Universidad Nacional de Salta y atiende un local céntrico de artesanías. En septiembre del año pasado pudo comprar pasajes para conocer Cuba y para allí fue con una amiga.

Su itinerario preveía que llegaba a La Habana el primero de marzo, con fecha de regreso el 31 de este mismo mes. Sin embargo, desde que se desató la pandemia mundial y los países comenzaron a cerrar sus fronteras y decretar el aislamiento, comparte hotel con otros tantos argentinos que esperan ser repatriados.

Macarena contó a Salta/12 que estaba recorriendo Cuba alquilando piezas en “casas de familias”, una forma más barata pero a la vez más enriquecedora para conocer el lugar y su gente. “Hace una semana nos pidieron irnos de las casas de familias y alojarnos en hoteles” y el martes de esta semana “el gobierno cubano pidió a los turistas que no circulemos y nos aislemos en los hoteles designados”.

En el hotel de La Habana que la aloja comparte con nueve argentinos más. Entre ellos otra salteña, Nora Di Salvo, “ella es arquitecta especializada en paisajismo y había venido a dar unas charlas el primero de marzo”, dijo Salinas. El regreso de Di Salvo estaba programado para el 2 de mayo.

Según Salinas, hay mil argentinos varados en Cuba. “Éramos unos 2.000 al principio, pero pudieron volver muchos en estos días”.

La decisión del gobierno nacional de suspender las repatriaciones abrió una incógnita en cuanto a la fecha de su regreso, y con ello la angustia de pensar cómo se sostendrá en el país caribeño.

Desde la embajada Argentina en Cuba les informaron que estaban tramitando la posibilidad de realizar dos vuelos ya programados de la empresa estatal Cubana de Aviación y que les irían informando periódicamente.

“Hoy nos comunicaron que algunos vuelos humanitarios están saliendo y nos dieron formularios para llenar, preguntando si tenemos alguna enfermedad o algún problema de salud”, contó la joven. Los irán "ubicando por orden de prioridad, sacando a la gente más vulnerable primero. Entendemos que la situación está desbordada por todos lados”, dijo.

Pero admitió que en su caso le da tranquilidad el que "tenía todo previsto hasta el 31 de marzo", y la amabilidad de los lugareños: “aquí la gente nos atendió muy bien, es muy humana y cada vez que tuvimos o tenemos algún problema nos han resuelto, por ejemplo, cuando comentamos que nos estamos quedando sin dinero nos traen comida de afuera o más económica”. A algunos la Embajada también los está ayudando con el alojamiento. 

Mientras tanto, pasan el tiempo en el hotel y se informan a través de dos grupos de whatsapp de argentinos varados en aquel país, “uno lo armó la Embajada para ir informando, el otro lo hicimos entre los argentinos que estamos acá”.

En Cuba hay alrededor de 50 personas con coronavirus, hasta aquí todos contagios externos, entre turistas y cubanos que retornaron.

Aunque se siente segura por el sistema de salud y su funcionamiento, “acá tienen un médico de cabecera cada dos cuadras que todos los días pasa preguntando si tienen síntomas, y si alguien faltó al trabajo lo visitan para chequear su estado”, dijo que extraña y que ya le gustaría estar en su casa o al menos saber cuándo lo podrá hacer.

El caso de Guadalupe Morales es más preocupante, ella está en Sídney, Australia, hace 11 meses, “con una visa working holiday, que permite tener derecho laboral”.

Guadalupe tenía planificada su vuelta para el 7 de abril, pero decidió adelantar el regreso cuando se desató la pandemia y compró pasajes por LATAM para el 26 de marzo.

“Hoy (por ayer), mientras esperábamos en la fila para hacer el ingreso ya en el aeropuerto, nos avisaron que los argentinos no podíamos subir por la disposición argentina de no recibir más aviones y porque el aeropuerto de Santiago de Chile (que hacía conexión con Buenos Aires), estaba colapsado de argentinos varados”.

Añadió que eran al menos unos 50 que estaban en su misma situación y que quedaron en Australia. En este caso también crearon un grupo de whatsapp entre quienes esperan luz verde para la vuelta.

La joven aclaró que no esperaba la repatriación, “yo tenía mis pasajes”. Ahora, entre varios alquilaron un departamento vía Airbnb, "manteniendo todos los cuidados y esperando que nos dejen volver”.

Por último, sostuvo que lo que más los angustia es que no tienen cobertura médica “porque no somos australianos y ningún seguro de viajero te cubre estas pandemias”, además de que Australia es “un país muy caro”.

El principal país de Oceanía tiene 2.806 personas con Covid-19 y 13 muertos. “Se tomaron medidas muy tarde”, aseveró la salteña, “recién hace una semana que el gobierno tomó algunas medidas pero ni siquiera decidió realizar la cuarentena obligatoria para todo el mundo como en Argentina”.

“Entendemos que este virus va en serio y no es un chiste, pero queremos volver y nos cerraron las puertas”, lamentó.