El Ministerio de Salud centralizó la entrega de respiradores, para controlar la demanda que pueda generarse por la pandemia, en el marco de la emergencia sanitaria. Mediante la resolución 695/2020, publicada este miércoles en el Boletín Oficial, el organismo dispuso la prohibición de cualquier entrega de estos dispositivos sin la autorización oficial previa que se basará “en el principio de equidad”, según aseguraron a este diario fuentes del Ministerio de Salud.

Para motivar un “criterio de distribución federal”, esta nueva normativa implica que toda empresa que fabrique, comercialice o distribuya respiradores -ventiladores mecánicos invasivos- deberá tener la autorización del Ministerio antes de concretar cualquier operación. El objetivo es garantizar “una respuesta articulada que considere la situación epidemiológica en cada jurisdicción”, según indica la resolución. 

En este sentido, fuentes de la cartera sanitaria nacional afirmaron en diálogo con este diario que, cuando se registre el pico de transmisión en Argentina, “no se va a diferenciar el sistema público del privado, sino que se priorizará la vida”. Así, si una persona necesita internación con respirador y el sistema público zonal no puede abordar el caso, cualquier clínica deberá abrir sus puertas. “Se está trabajando en conjunto con las empresas de medicina privada”, aseguraron.

La lista de insumos críticos

En una resolución conjunta del 21 de marzo, los ministerios de Desarrollo Productivo y de Salud habían establecido una lista de insumos críticos sanitarios, entre ellos los respiradores, para convocar a las empresas productoras a “incrementar la producción, distribución y comercialización de dichos insumos hasta el máximo de su capacidad instalada, y arbitrar los medios para asegurar su distribución y provisión a la población y entidades de salud”. A partir de esa norma, las fábricas debieron informar la cantidad de productos que fabrican y comercializan mensualmente, y quiénes son los destinatarios de esas operaciones. 

“Cuando hicimos la cuenta nos daba que recién en marzo del año que viene se iba a poder abastecer la demanda calculada”, afirmaron fuentes del Ministerio de Salud, que está trabajando en convenios con pequeñas empresas para habilitar la fabricación de respiradores. Además, una de las principales compañías automotrices propuso utilizar sus instalaciones para fabricar un dispositivo que sería útil para la instancia de atención médica de urgencia, previo al uso del respirador. Esta iniciativa requiere del acondicionamiento de la infraestructura y está en proceso de evaluación por parte de diferentes organismos públicos.

Si bien la última normativa apunta únicamente a la producción y comercialización de respiradores, en la lista de insumos críticos sanitarios figuran otros elementos de infraestructura como camas de internación, carros de paro con desfibrilador y tubos de oxígeno, además de los termómetros con lector digital. En cuanto a los medicamentos, algunos de uso frecuente como paracetamol, ibuprofeno y amoxicilina encabezan la lista, que también incluye elementos de protección como barbijos quirúrgicos, camisolines descartables, guantes de látex, antiparras protectoras y bolsas mortuorias, algunos de los cuales enfermeros y enfermeras de distintos hospitales porteños reclaman desde el comienzo de la circulación del nuevo coronavirus en Argentina.

Un respirador nacional

En el marco del desabastecimiento de respiradores, un equipo de investigadores del Instituto Argentino de Radioastronomía (IAR) fabricó un dispositivo de asistencia respiratoria que, según este organismo, servirá para pacientes con coronavirus. Si bien no es un dispositivo apto para pacientes que requieran intubación, su utilización para patologías más leves permitiría liberar los respiradores complejos para los pacientes en situación crítica.

El IAR aseguró que el dispositivo cumple con las exigencias técnicas del Ministerio de Salud y de Ciencia, aunque restan el testeo y la aprobación de la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología (ANMAT) para que sea posible producirlo a mayor escala y distribuirlo en el sistema sanitario nacional. Según explicaron fuentes del Instituto, en el mercado mundial no hay stock de dispositivos similares, por la alta demanda que viene escalando desde el comienzo de la propagación global del coronavirus.

El respirador, creado por los expertos del Instituto y financiado por el Conicet, tiene un motor controlado electrónicamente que genera flujo de aire, y reguladores de la temperatura y calidad del oxígeno. A través de una microcomputadora, el personal sanitario puede monitorear las variables y parámetros del paciente y de darse alguna falla se dispara una alarma. Para los pacientes en situación de mediana gravedad, la colocación es mediante un casco inflable, mientras que para los de baja gravedad se aplica con una mascarilla que cubre la nariz y boca del paciente.