Susan Sarandon no lee los ataques en su dirección. "Pero sé cuando las cosas se han puesto muy mal -dice con una risita- porque la gente dice '¡No te preocupes, te amamos y te bancamos!' Ups, algo debe estar cocinándose si todo el mundo me dice que me banca. Supongo que debo estar en peligro".

La actriz y activista de 73 años sí se encuentra a sí misma en la línea de fuego más que la mayoría. No por sus películas -su formidable carrera incluye Atlantic City (1980), Thelma & Louise (1991), Un milagro para Lorenzo’ (1992) y El cliente (1994), que le valieron nominaciones para el Oscar, que finalmente ganó por Mientras estés conmigo (1995)- sino por sus posiciones políticas. Durante el tiempo de la última elección presidencial estadounidense, la eterna abanderada de la izquierda apoyó firmemente a Bernie Sanders. Y tanto que cuando él quedó fuera de la carrera, se negó a votar por Hillary Clinton, a quien consideró "muy, muy peligrosa". En otra entrevista, pareció sugerí que había un aspecto rescatable de la presidencia de Donald Trump: el hecho de que él podría "traer la revolución de inmediato". Algunos aplaudieron su posición radical. Otros sintieron que eran personas como ellas las que ayudaron a que Trump resultara electo. Debra Messing le declaró la guerra.

"La gente no lee las notas, sólo lee el clickbait", dice Sarandon hoy, con pronunciación lenta neoyorquina inconfundible incluso a través de una línea telefónica distorsionada. "Eso me preocupa, porque muestra cómo toda esa desinformación se está tornando tan poderosa. Recibís opiniones y odio basado en el clickbait, no por la nota verdadera. Cuando fui atacada violentamente, me resultó muy impactante. La gente pregunta '¿Cómo pudiste haber dicho eso?' y yo nunca lo dije. Seriamente, fíjense en los clips y van a verlo".

No era la intención de este cronista que la conversación fuera para este lado. De hecho, se había pedido que no se hablara de política, cosa que funcionó bien hasta que ella misma sacó el tema a los cinco minutos. Pero la entrevista era para hablar sobre The Jesus Rolls, el expansivo spin-off de El gran Lebowski hecho por John Turturro, que Amazon estrenó en on demand en Estados Unidos y Europa.

Turturro consiguió el permiso del los hermanos Coen para tomar a su personaje de la película de culto de 1998 y convertirlo en estrella. Esta vez, Jesus, un aceitoso ofensor sexual registrado con redecilla y un lema -"Nadie jode con Jesus"- se ha convertido en un bobo adorable en fuga. Es una road movie llena de aventuras y rarezas: Petey (Bobby Cannavale), el cómplice de Jesus; Marie (Audrey Tautou), la desinhibida e insatisfecha novia de una peluquero al que ellos hicieron enojar; y, brevemente, la melancólica Jean de Susan Sarandon, recién salida de prisión.

Sarandon no tiene exactamente mucho que hacer. "Pero yo hago cualquier cosa que me pida John", dice ella. Él tiene suerte de contar con ella. Desde Lady Liberty, de 1971, Sarandon raramente ha dado un paso en falso. Con sus ojos absorbentes, y su entrega infalible y briosa, ella le agrega dureza incluso a sus papeles más dulces -como la consejera espiritual de un hombre condenado a muerte en Mientras estés conmigo o la matriarca filantrópica Marmie en Mujercitas (1994)- y ternura hasta a los más antipáticos. Más recientemente, como Betty Davis en la fabulosa miniserie Feud (2017), que seguía la famosa rivalidad entre Davis y Joan Crawford, ella era a la vez sarcástica, confabuladora y estaba profundamente lastimada.

Y entonces, para sorpresa de nadie, ella le saca el jugo a lo poco que Turturro le dio para hacer en The Jesus Rolls. Un intercambio suyo particularmente apasionado con una mesera es uno de los mejores momentos de la película. "Ella ha estado encarcelada durante mucho tiempo -dice Sarandon sobre Jean-, así que cuando sale es casi como aterrizar en otro planeta. Pero ella es liberada, poco a poco, por estos tipos graciosos pero respetuosos que piensan que ella es hermosa".

"Respetuosos" es la palabra clave en este caso. The Jesus Rolls está vagamente basada en Las cosas por su nombre (1974), un controvertido film francés descripto por el crítico Roger Ebert como "la película más misógina que pueda recordar", cuyo "odio por las mujeres es palpable y bochornoso". Sarandon sabía que este iba a ser diferente. "John ama a las mujeres", dice. "Las mujeres están casi siempre a cargo. Las elecciones de las mujeres pueden ser inusuales pero ellas están a cargo de sus vidas, y creo que él las trata con dignidad y respeto".

Incluso si no se está hablando con la propia Louise, sería un poco difícil discutir una road movie sobre dos compañeros en fuga sin mencionar Thelma & Louise. "¡No había pensado en ese cruce!", asegura Sarandon cuando se le menciona esa obra maestra feminista de Ridley Scott. "¡Es gracioso!" Ella estuvo en una organización benéfica pasando la película hace poco, donde la vio en pantalla grande por primera vez después de mucho tiempo. "Es muy hermosa. Creo que se ha mantenido bien".

Hermosa puede ser, pero no siempre fácil de ver. En un viaje a las montañas de Arkansas, Thelma (Geena Davis) es asaltada sexualmente por un hombre en un bar de ruta. Louise (Sarandon) lo mata. ¿Podrán explicarle a la policía que él trató de violarla, pregunta Thelma? "¿Quién va a creer eso?", responde Louise. "No vivimos en esa clase de mundo". La escena, afirma Sarandon, es todavía más relevante hoy ,"que estamos realmente llevando gente a juicio y hablando sobre si las mujeres van a ser o no escuchadas, o si los hombres van o no a entender que este comportamiento es inaceptable. Escuchar eso de '¿quién va a creernos?' ahora resuena mucho más fuertemente que lo que lo hacía hace treinta años".

Su coprotagonista, que fundó un instituto sobre género en los medios (Geena Davis Institute on Gender in Media) mucho antes de que actuar contra la representación insuficiente llegara al mainstream, habló hace poco acerca de la respuesta inicial a Thelma & Louise. "Un tema común en la prensa era 'Esto cambia todo. Ahora va a un montón de buddy movies femeninas, muchas figuras de acción femeninas. Esto simplemente reescribe todo'. Y no sucedió. La respuesta realmente corta es que no produjo una mierda".
 
El modo en que lo ve Sarandon es que a los ejecutivos, votantes de premios e incluso espectadores varones les resulta más difícil conectar con protagonistas mujeres. Pero las mujeres no tienen problema en ponerse a sí mismas en los zapatos de los protagonistas varones. ¿Por qué sucede eso? "Quizá las mujeres simplemente tienen imaginaciones más fluidas. Al ser una sociedad patriarcal, dominada por hombres, los varones no han tenido que ajustarse. Quizá simplemente sus imaginaciones no han sido desafiadas". Los varones más jóvenes son distintos, agrega. "Tienen más fluidez de la imaginación y están cuestionando muchos de los estereotipos masculinos", redondea.
 
Sarandon tiene dos hijos adultos, Jack y Miles, con el actor Tim Robbins (la pareja se separó en 2009), y también una hija, Eva, con su pareja anterior, el cineasta italiano Franco Amurri. Unos años atrás, Miles escribió una nota para The Huffington Post sobre su decisión de usar vestidos sobre el escenario. Se hizo viral. "¡Eso fue sorprendente!", dice Sarandon. "El proceso de socialización es muy horroroso para los chicos. Más que para las chicas jóvenes, porque ellas son prácticamente ignoradas en términos de estructura de poder: ése es el problema de ellos. Los chicos pasan de aquellos dulces, amables y abiertos niños a corromperse en estos hombres endurecidos y a menudo misóginos. Hay una sensación de que se tiene derecho a algo que irrumpe cuando andan cerca de los 30. Hay tantas presiones sobre los chicos jóvenes para que se conviertan en hombres de un modo que les cierra su imaginación. Al menos esa ha sido mi experiencia al tener dos hijos. Una simplemente lucha cada día por sus almas".
 
Sin embargo, Sarandon dice que las cosas están cambiando. "Estuve viajando por el país haciendo campaña por Bernie Sanders, y hay toda clase de personas jóvenes de diferentes colores y edades que han golpeado puertas tratando de conectarse con la gente. Eso me voló la cabeza. Bernie dice 'Quiero que busquen y encuentren a la persona que no se vea como ustedes, que no conozcan, y le digan que van a pelear por ella tan duro como por ustedes mismos'. Creo que ahí debemos estar ahora mismo, para enfrentarnos a la normalización del odio, el racismo, la islamofobia y todas las fobias que existen".
 
Además de usar la antigua técnica de ir puerta por puerta, Sarandon le implora a sus 650 mil seguidores de Twitter que voten por Bernie -aunque insiste que no usa esa herramienta como "una cosa para crear opinión". Ella deja en claro de qué lado está, de todos modos. "No lo uso para dar mis opiniones sino para dar a conocer hechos que no están en los medios mainstream. Lo uso para darle voz a organizaciones que no tienen grandes presupuestos, o estadísticas sobre salud o medioambiente". ¿Es más difícil, en la era de internet, distinguir qué es verdad y qué no? "No, creo que los hechos son hechos. Entonces, tenés que ir los hechos y prestarles atención, y esos son los hechos". Está bien. "Pero yo no voy a decirle a la gente qué pensar".
 

En el presente, Sarandon tiene esperanzas acerca de hacia dónde se dirige el mundo. "Realmente siento que las burbujas están explotando", asegura. "Podés tener fluidez de pensamiento, imaginación y un papel. Eso me vuelve muy, muy optimista, porque así es cómo será el futuro si vamos a sobrevivir".

* The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.