Estoy en el Hotel Ibis de Plaza Congreso, Buenos Aires, desde el lunes 23 de marzo, vine desde Ginebra y París con Air France. No todxs los que estamos en los hoteles protestamos contra la cuarentena a la cual nos obliga el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires al llegar al país desde zonas de riesgo, como Europa. 

Yo no voté a Rodríguez Larreta, ni mucho menos, pero lo que el gobierno y buena parte de la oposición a nivel nacional están haciendo en este momento en relación al coronavirus merece saludarse. Yo como alimentos orgánicos todos los días; acá nos dan, con mucha buena voluntad y simpatía, lo que nos pueden dar de comer y no me quejo. Además, por lo que comprendí ya que no salgo de mi habitación, la mayoría de lxs que trabajan acá y se ocupan de nosotrxs son voluntarixs.

Tenemos cuatro comidas por día y nos limpian las habitaciones (ahora con restricciones por razones de seguridad, somos nosotros los que debemos limpiar, es lo normal en estas circunstancias). No veo que los pasillos estén sucios, pero es cierto que después de comer yo pongo mi bandeja con los restos delante de la puerta, para evitar un nuevo contacto con la gente que se ocupa de nosotrxs. Gente que está arriesgando su salud, ya que nosotrxs somos infectadxs potenciales. 

Hay errores, cosas que no salen bien, claro está. Esto se vino encima y hubo que tomar medidas drásticas, decisiones de un día al otro que, por otra parte, la realidad de lo que hoy sucede en el mundo nos demuestra que son justas. 

Lxs médicxs tardaron en pasar, es cierto, pero un médico me llamó amablemente el viernes y ayer sábado me hicieron el test. Personalmente, creo que la Argentina está haciendo muy bien las cosas, que vamos por el camino correcto, y esto en medio de dificultades considerables.

El viernes a la mañana, antes de las 7:00, una mujer - que está como yo en el Hotel Ibis Congreso - llamada Florencia (no quiso dar su apellido), también protestó enérgicamente contra la cuarentena en los hoteles. Fue en una entrevista que estuvo a cargo de Maria O’Donnell en Radio Metro. La entrevistadora aclaró que conocía a la entrevistada, precisó que era docente en la Universidad de San Andrés. Dijo la entrevistada que en Francia tenía mucho más libertad, que cada mañana hacía su jogging de 10 km. 

Tal vez esta señora no entiende bien el francés y no sabe que no puede hacer más de un kilómetro, que en Francia hay muchísimas restricciones y que en sus dos últimos discursos a la nación Emmanuel Macron, presidente de Francia, repitió varias veces “estamos en guerra” contra el coronavirus, de una manera dramática. Seguramente esta señora, como la esposa del odontólogo que hoy domingo trató de escaparse de otro hotel, debería darse una vuelta por ciertas zonas del conurbano bonaerense para comprender lo que es de verdad vivir en condiciones indignas y del peligro que corremos todxs si este virus llegase ahí.

Tal vez también comprendería que lxs que estamos en los hoteles somos en realidad privilegiados. Lo mismo vale para el chico que estuvo en Tailandia y que fue entrevistado hoy por C5N (tal vez el canal que yo más miro después de Encuentro) desde una habitación semejante a la mía en el Ibis.

Me parece que en estas protestas hay mucho individualismo, que a algunas personas les cuesta aceptar que, por razones de fuerza mayor - este terrible coronavirus - no se trata ahora solo de nuestras propias personas y nuestros deseos, que es fundamental pensar en todxs. Me molesta también - lo veo en la fachada de cristales frente al hotel - que la mayoría de los que están en este hotel no aplaudan a las 21:00 a la gente que, tanto en el campo de la salud, de la alimentación, de la limpieza, la recolección de basura y tantos otros, se están arriesgando a cada instante por nosotrxs. Creo que estar en cuarentena en este y otros hoteles es un acto cívico, tal vez una de las pocas cosas con las que uno puede contribuir, modestamente, a los enormes esfuerzos que el país está haciendo en estos momentos tan difíciles para la humanidad.

Flako2050 (Soci@ desde mayo de 2018).