Durante esta semana, el gobierno se enfrenta ante un dilema similar al que se pautaba al comienzo de la cuarentena. Aunque claro, como el tiempo avanza, el acento de los imperativos a resolver se vuelve más pronunciado. Las medidas tomadas por el PEN con el auxilio de sus colaboradores gozan de respaldo social y son ejecutadas al calor de lo que sucede primero en Europa y luego en EEUU y Brasil. Pero, como apuntamos, hay que resolver un dilema, según la RAE, “una situación en la que es necesario elegir entre dos opciones igualmente buenas o malas”. Y, como el lector podrá aventurar, el coronavirus no viene desde Asia empujado por vientos positivos.
Por un lado, ante la ausencia de vacuna y mientras el mundo prueba la eficacia de diversos tratamientos ya disponibles para otras patologías, el aislamiento continúa siendo el antídoto de manual para achatar la curva de los contagios; por el otro, también es cierto que el confinamiento paraliza la rueda del capital, las economías se estancan y los Estados deben intervenir para socorrer a los actores más desamparados. A este contrapunto se suma un aspecto lateral –aunque muy importante, sobre todo a los efectos de nuestro resumen semanal–, un asunto al que durante los últimos días hemos prestado especial atención: me refiero a los efectos del encierro para la salud mental.
Con la extensión de la cuarentena muchos paisajes se tornan de grises a negros. El interrogante que se abre desde esta perspectiva es: ¿cómo sobrevivir aislados, desde hace días entre las mismas cuatro paredes, a veces acompañados pero otras veces solos? ¿Existen estrategias que permitan reordenar las rutinas cotidianas ? Lo que aún significa más: ¿todavía tenemos rutinas? ¿De qué forma manejar la ansiedad en medio de un confinamiento tan masivo? Una entrevista realizada por Mariana Carbajal intenta deshilvanar los hilos en este sentido.
Es el caso también de las familias con niños, niñas y niñes con autismo cuya situación se agrava en períodos de movilidad reducida. La visibilización del pedido incluido en la nota tiene un objetivo: que el gobierno pueda contemplar estas situaciones como pequeñas excepciones al aislamiento preventivo y obligatorio que dispuso, y que la mayor parte de la sociedad cumple con obediencia de acero. Como todo conflicto de gran envergadura requiere estrategias de una fuerza equivalente. Líneas de acción en múltiples niveles , organismos que articulen esfuerzos con un misma orientación pero atendiendo necesidades múltiples. Todo un desafío.
La pandemia es un prisma que puede ser abordado desde diferentes caras y Página/12 intenta cubrirlas con la mejor información disponible. Darío Aranda explora el costado ecológico , esto es, cómo el calentamiento global, los procesos de deforestación y el aumento del contacto con animales pueden, finalmente, transmitirnos virus con los que en el pasado no teníamos contacto. En el antropoceno –época geológica actual– los seres humanos son identificados como el principal factor de transformación ambiental. Por ello, incluso de manera inconsciente, modificamos el entorno que habitamos de una manera negativa y ello, como es natural, provoca consecuencias. La pandemia es desatada por un patógeno que no sabe de fronteras y las personas son infectadas sin distinción de ninguna clase.
Por otro lado, en épocas de crisis, se dispara la producción tecnológica. De hecho, las Guerras Mundiales signaron escenarios en que la ciencia y la tecnología avanzaron mucho en poco tiempo. En este marco, nuestras innovaciones preferidas son las que, de modo subrepticio, encarnan proyectos solidarios. Resulta que un equipo de diseñadores emplea máquinas de producción en 3D para hacer protectores faciales ; un artefacto de bioseguridad que el personal de la salud podría emplear para evitar las partículas virales que los pacientes expulsan. Nos enteramos y te lo contamos. Asimismo, la inteligencia artificial hace lo propio: esta semana te compartimos de qué manera este campo en constante desarrollo puede contribuir a comprender cómo funciona cada terapia en miles de casos y ayudar a tomar decisiones. Big data al servicio de la ciudadanía.
Al dilema entre crisis sanitaria y crisis económica, lo combatimos con solidaridad, más salud, desarrollo tecnológico y aislamiento. Hoy separados para mañana estar juntos. 

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