Mauricio Macri no tuvo la mejor de las recepciones en su visita de esta mañana a la planta de PSA Peugeot en El Palomar. En el acto con las autoridades de la empresa todos fueron elogios y los empleados elegidos para completar la escena no emitieron palabra. Pero en la recorrida que el Presidente hizo por la línea de montaje, las vallas lo resguardaron del resto del personal pero no de los insultos y gritos de “Aguante Cristina” que hubo a su paso.

 

Macri fue a la planta que PSA Peugeot tiene en El Palomar con motivo de su reinauguración. “Me emociona volver a esta fábrica donde pasé tantos años e hice tanto en este esfuerzo de poner cada uno su granito”, recordó a propósito del pasado del Grupo Macri en el sector automotriz.

 

En un ámbito de trabajadores amigables, se permitió contar de su reencuentro con un empleado en el momento en que los Macri conducían Peugeot le ponía las ruedas a los autos y le llevó una foto de ambos en la línea de montaje en aquella época. “También me lo encuentro a Salinas. Juntos vivimos momentos difíciles en esta competitiva y estresante industria automotriz”, dijo de otro de los presentes sentado en la primera fila. No aclaró si esos “momentos difíciles” tuvieron que ver con el caso del contrabando de autos del que zafó gracias a la mayoría automática de la Corte Suprema de Justicia menemista.

 

En la recorrida por la planta de Peugeot, que dio asueto a sus operarios y les comunicó que podían ir a trabajar el sábado, no hubo sonrisas cómplices. Allí hubo trabajadores del otro lado del alambrado en que los dejó la organización de la visita lo esperaron de otro modo.