“Escriban con libertad, y vemos qué sale”, viralizó Sebastián Andersen, cantante de El plan de la mariposa, el mismo día que empezó la cuarentena. La idea activaba una estrategia musical más, entre las que surgieron en masa para atravesar la pandemia: componer un tema por día, a las cinco de la tarde en punto, y junto a sus seguidores. Trece días después, el músico dicta ante Página/12 un veredicto sin anestesia: “No sé si resultaron canciones buenas o no, pero sí que tienen la energía de haberlas creado en conjunto y en un día. Fueron decisiones vertiginosas, que nos dieron adrenalina dentro del encierro, y eso para nosotros ya es un montón”, cuenta Andersen. “Viendo que íbamos a tener unos cuantos días de encierro, cosa que no nos gusta, pensamos en algún desafío que nos demandara mucha energía y que estuviera en contacto con las personas. Ahí fue que pensamos en hacer unas creaciones colectivas junto a las personas que se coparan en hacerlo a través de las redes”.

Lo primero que salió en este atípico y horizontal método de grabación fue un tema llamado “Vacuna de libertad”. A la música de la banda de los Anderson Five (Camila, Valentín. Máximo, Santiago y Sebastián) más el bajista Andrés Nor y el baterista Julián Ropero, se fueron sumando plumas anónimas que confluyeron en una letra acorde al clímax social: “Guardapolvos sin dormir para salvarnos / Resistencia en el hogar / aplauso en el balcón. Y la ciudad tan vacía /tan llena, tan vacía / tan llena, tan vacía”. Al segundo tema, llamado “La ofrenda”, los comentarios virtuales no se hicieron esperar. “El plan está saliendo a la perfección”, escribió un tal Fede Martín. “Imposible explicarlo con palabras”, firmó Fabián Scirica, otro fana. Y así, durante los doce días y las doce canciones, que la banda nacida en Necochea subió libre y gratis a través de todas sus plataformas virtuales. “Nos copó mucho la cantidad mensajes que nos mandaban con textos para participar en las canciones. Fueron muchísimos... y eso nos hizo sentir acompañados. Nos mandaron cosas muy interesantes, emotivas, profundas, personales, fue un gran viaje cargado de emociones”, relata el cantor.

El plan musical urdido por la mariposa, claro, ancló en la improvisación y la confluencia de estilos. “No fue problema el factor musical, porque a nosotros nos gusta mucho la improvisación y esto tuvo mucho de eso… soltar la música sin que intervenga tanto la mente. Fue como un vomitar lo que procesábamos frente a tanto estimulo”, cuenta Sebastián. “Componer en conjunto y a la distancia es una oportunidad que nos regala un contexto como el de hoy, que nos invita a reflexionar sobre muchos aspectos de la sociedad en que vivimos. Las reglas que antes parecían tan rígidas, ahora se movieron y esto nos da la oportunidad de pensar nuevas formas. Sentimos que el rock tiene mucho qué entregar aún en este sentido, siempre y cuando tengas en cuenta la carga de sus inicios: la transgresión, la libertad y el hecho de aceptar al otro más allá de cómo esté vestido, o qué esté haciendo”.”

Otro tema fuerte de este compilado inesperado y espontáneo se llama “Memoria interna”, y se concibió in situ el 24 de marzo, a cuarenta y cuatro años del golpe cívico, militar, neoliberal. “Para esta canción, la propuesta que trabajamos con el público fue recordar aquellos momentos tan oscuros para nuestro país. Fue muy emotivo porque nos escribieron muchas cosas, algunas historias duras de familiares, historias de luchas, de memoria. Fue una oportunidad muy emocionante poder hacer música con esa carga. Y luego de que subimos la canción también nos mandaron varias historias más... muy fuerte”.

La docena de temas nacidos como una vía de escape al encierro, se suma entonces –aunque sin edición física-- a los cuatro discos que publicó la banda entre 2011 y 2017: Brote, Trance habitante, Danza de antalgia y Devorando intensidad. “A diferencia de los discos anteriores, estos temas representan una aventura estética desconocida, en la que usamos bases electrónicas. Nunca habíamos incursionado en esto, y es como pintar lo que hacemos con un nuevo color. Conceptualmente, tuvo la riqueza de la creación colectiva, algo que tampoco teníamos en los planes… es un experimento tal que no sé si alguna vez se hizo un disco así, solo posible dentro de esta montaña rusa emocional que estamos atravesando hoy”.