Se nos fue Tom. Desde el trágico accidente en 2015 que lo dejó en su casa mirando el mundo en una pantalla, fuimos a estar con él, y la divina de Marina Getino -su compañera- cada vez que pudimos. Un trío: Alicia y Graciela, amigas desde la adolescencia y yo, amigo desde los 80; cargados de todo lo que a Tom le gustaba, armábamos íntimas celebraciones, pequeñas meriendas o cenas hasta que con su habitual calidez y encanto nos daba a entender que ya era suficiente y quería retirarse a descansar. Jamás lo escuchamos quejarse de nada. Su mundo se redujo a Marina, su hermosa compañera, Evaristo, quien lo asistió estos últimos años, Jerónimo (su hijo) y la compañera, su hermano, la esposa y nosotros. En estos últimos tiempos, por una idea de Marina, pudimos llevar a cabo en Radio Nacional un programa con las maravillosas “Grabaciones Encontradas“ de Tom. Tom se nos fue y con él, los poemas de Pizarnik, Pessoa, Girondo y tantos otros en su hermosa y cálida voz, adiós querido Tom, Carlos Galanternik, fuiste un ser inolvidable.