El gobierno porteño propicia la reactivación de algunos sectores de la economía, como la gastronomía y la construcción, a partir de la nueva fase de la cuarentena que se iniciará la semana próxima. Así lo anunció el vicejefe de gobierno, Diego Santilli, quien dijo que esta semana le harán la propuesta al presidente Alberto Fernández, con el objetivo de "generar una movilidad gradual de la economía". Fuentes del Ministerio de Salud aclararon que esa posible apertura no significa flexibilizar la cuarentena. Al mismo tiempo, se anunciaron nuevas medidas de seguridad para la circulación de colectivos por el área metropolitana.

Una nota periodística había señalado la supuesta intención del gobierno porteño de promover una flexibilización de la cuarentena bajo la supuesta consigna “nos tenemos que contagiar”, pero el propio Santilli afirmó: “Nosotros no estamos flexibilizando la cuarentena y no tenemos ningún tipo de estrategia de contagio controlado”.

Lo que anunció Santilli es que "se está trabajando en diferentes alternativas para presentarle al Presidente una propuesta para “ir generando una cierta movilidad gradual de la economía".

La iniciativa fue analizada este lunes por el gabinete de ministros de la Ciudad para terminar de cerrar la propuesta. Santilli es uno de los que alienta la reapertura de las actividades económicas, mientras que otros integrantes del gabinete se han manifestado en favor de mantener sin demasiadas modificaciones el aislamiento social dispuesto por el gobierno nacional, por temor a que se aceleren los contagios por el covid-19.

Los que se oponen advierten que en la segunda quincena de mayo podría llegar el pico de la pandemia y sería inconveniente una apertura que produciría un incremento significativo de las personas en la ciudad.

Santili anticipó que “de acá al 10 de mayo la cuarentena será como está y, en adelante, lo que vamos a hacer es presentarle diferentes alternativas al presidente”. La presentación la harán antes del fin de semana.

El vicejefe de gobierno precisó que la Ciudad busca “analizar sectores --tanto sociales y económicos--, para ver cuáles se pueden ir abriendo”. Lo que están analizando, concretamente, comprende a “sectores profesionales en los que la movilidad no es tan alta" y también se quiere "avanzar en el 'take away'", es decir en habilitar a los restaurantes y comercios de comida, que además del delivery, puedan vender en forma directa a los clientes, sin abrir los locales.

Sostuvo que esa modalidad que implica retirar el pedido del lugar personalmente "puede mejorar al comerciante gastronómico el pago de los salarios de su gente, pero además no pone más gente en la calle, que ya está trabajando con delivery de manera que la cocina ya está abierta".

Santilli dijo que pretende también abrir "la construcción en sus diferentes facetas y por metros cuadrados", aunque admitió que el problema es que "el 75 por ciento de los obreros de la construcción vive en la provincia de Buenos Aires y su medio de transporte es el tren, el colectivo o el subte".

En ese sentido, como solución, se piensa en "diferenciar horarios", por ejemplo, "que la construcción comience de 6 a 14, o de 7 a 15, y eso evitaría horarios pico, ya que el sector provoca la movilidad diaria de 270 mil personas”.

A partir de hoy el transporte público de todo el país deberá cumplir con un nuevo protocolo, que dispone que las unidades sólo podrán ocupar el 60 por ciento de su capacidad. La resolución, publicada este lunes en el Boletín Oficial, establece una serie de recomendaciones a cumplir por las empresas de transporte público para poder circular.

La nueva medida estará vigente desde este martes, y rige también para las combis y los minibuses, que a partir de esta semana podrán circular en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA).

Esta nueva normativa, dispuesta por el Ministerio de Transporte nacional, tiene como objetivo el cumplimiento del distanciamiento físico para evitar el contagio del coronavirus. En la resolución, el Ministerio remarca la obligatoriedad del uso de una protección facial que cubra tanto la boca como la nariz y el mentón. Además, los vehículos en circulación deberán retirar sus cortinas y, salvo los tapizados, todos aquellos elementos de tela “que pudiesen retener el virus en su entramado”.

El “Comité de crisis de prevención Covid-19 para el transporte automotor” creará un Protocolo Específico para el “transporte automotor urbano y suburbano de oferta libre”, es decir, aquellos vehículos privados no regulares --combis o minibuses-- que cuentan con más de ocho asientos.

A partir de esta semana este tipo de vehículos, que son más de 2 mil en todo el AMBA, comienzan a circular por la Ciudad y el conurbano bonaerense con el objetivo de "facilitar las condiciones de movilidad y evitar el aglomeramiento de pasajeros.

Por otra parte, ahora es obligatorio circular con tapabocas por los espacios públicos porteños y en vehículos particulares, cuando vayan dos o más. La medida comenzó a regir este lunes.

Para quienes no respeten la medida, se prevén sanciones de $ 10.700 a $ 79.180, y la clausura o inhabilitación en el caso de comercios.

El vicejefe de Gobierno porteño, Diego Santilli, sostuvo, al anunciar la nueva medida, que se tomaba luego de que se descubriera que "dos de cada tres personas son asintomáticas".

Las autoridades porteñas recordaron que "como tapabocas sirve cualquier elemento que pueda cubrir boca, nariz y mentón, de fabricación casera con pañuelos y telas".